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Mussolini y su bunker. Una visita que impresiona en Roma.

Mussolini y su bunker. Una visita que impresiona en Roma.
Mussolini y su bunker. Una visita que impresiona en Roma.larazon

En las tripas de la estación de trenes Termini, y a 10 metros bajo tierra, Mussolini quiso duplicar los comandos de control de la estación, para utilizarlos en caso de emergencia.

El que piense que debajo de las vías de tren sólo hay tierra, en una de las estaciones más importantes de Roma se equivoca, allí debajo, existe otro mundo, un espacio repleto de mandos con una pantalla gigante para controlar a los trenes, una mesa para el jefe y una cárcel para los que no soportaran la presión de los bombardeos y armaran jaleo. Fue una coincidencia que el día de su inauguración, el 19 de Julio de 1943, hubo un bombardeo en Roma.

El clon de la sala de comandos, es una caja de cemento de 40 mts. A la vista parece que todo está para llegar y actuar, las 730 palancas delineaban el recorrido de los trenes . El jefe gritaba “¡Frascati, listos para que arranque el tren a Frascati!” –y los ferroviarios bajaban una de las palancas y la otra la bajaban, “era un trabajo de máxima precisión” comenta el ferroviario Fabio Itri.

Los fascistas tenían miedo que hubiera infiltraciones y que dentro del grupo que trabajaba en los mandos, hubiera alguno que hiciera sabotaje a los trenes y si alguno se ponía “un poco nervioso” lo aislaban en la celda. Cuentan que nunca fue utilizada.

 

La visita al bunker

La cita fue en la entrada de la estación de cercanías de Termini, primero subimos unas escaleras, después, recorrimos un andén y nos subieron a un tren de vapor de 1910. Está tan bien mantenido que a la vista parece que podría recorrer miles de kilómetros. El viaje es tan corto como un suspiro. Nos hacen descender y nos llevan a una puerta gris medio oculta, bajamos 10 metros, recorremos unos pasillos inhóspitos y llegamos a la sala de mandos, un lugar que estremece. En medio, un antiguo escritorio, con la silla del jefe. Previo a la sala de control, hay un cuarto, lúgubre y triste, con varias camas y mantas de esas de lana pesada, y una reja con un visillo, para dar de comer a los presos.

Hay espacios que muestran claramente lo que fueron esos años, no son lugares de arte pero si históricos en una ciudad, como Roma, que también ha vivido momentos de guerra y angustia.

No todos los días se puede visitar este bunker que impacta. Han decidido abrirlo al público algunas veces al año. La FAI (Fondo Ambente Italiano) , se dedica a organizar visitas en Italia de lugares inéditos y de rincones especiales.

Termini es la estación más grande de Italia y la quinta de Europa en la que transitan 150 millones de pasajeros al año.