Salud
¿A qué esperan para prohibir las webs pro anorexia y pro bulimia?
No sé por dónde empezar. Es tan terrible lo que he visto para hacer este post. El otro día leí la historia de Sonia Nistal, una madre coraje que lleva dos años luchando para sacar a su hija del infierno de la anorexia. Y me puse a indagar un poco más. Entonces me topé con una página web que enseña a los adolescentes a hacerse daño a sí mismos. Sólo vi una, hay más, demasiadas. ¿Cómo es posible que nadie haya prohibido estás páginas?, ¿a qué está esperando la Justicia para actuar?, ¿cuántos jóvenes deben morir para que reaccionemos?
La apología de la anorexia y la bulimia debería estar prohibida. Estas plataformas deben ser tipificadas como delito. Y hay que hacerlo ya.
«Ponen en riesgo la salud y la vida de nuestros hijos. Inducen claramente a la autodestrucción e incluso al suicidio, y sé de lo que hablo puesto que madres cercanas a mí han perdido a sus hijos». Estas palabras son de Lídia Amella, una madre que lleva más de cuatro años luchando por recuperar a su hija. Una joven que, como otras tantas, entraba en estas páginas de Internet. Ahora, según cuenta su madre, ni siquiera se deja ayudar porque «el "bicho"la tiene totalmente abducida».
Su dolor se transformó en lucha e inició una campaña en Change.org para erradicar estas malditas plataformas. Ya ha conseguido más de 280.700 firmas, pero no parecen servir de mucho. El Gobierno mira para otro lado, la Justicia mira para otro lado y nosotros, por desgracia, también.
Algunas de las chicas que entran en estas páginas, aplicaciones de móvil, foros o grupos de Whatsapp defienden que les sirve de terapia para no sentirse solas. Que se apoyan y se animan unas a otras. Cuando yo entré no vi eso. Vi a chicas diciendo que no se pueden ni mirar al espejo porque son una «puta vaca» o una «gorda fofa». Que nadie las quiere y lo que es peor, que no se quieren ellas mismas. Y son chicas normales cuyo única «meta» es adelgazar sin límite. Y si fracasan en eso, fracasan en la vida. Ése es el puto mensaje que sale de estas páginas, el único.
Te enseñan a mentir, a aislarte de tu familia y amigos, a guardar el secreto para que dependas únicamente de ellos. Te anulan. Es gente que está a favor de los desórdenes alimenticios. Es gente que no ve nada malo en que una joven se auto lesione para conseguir la ansiada «meta» y te alienta a tomar drogas y fármacos si es necesario. Es gente a quien le importa una mierda la vida de estos jóvenes.
¿Sus consejos? Pasen y vean.
- «Come mirándote al espejo, a ser posible desnudo o con poca ropa. Si no puedes, lleva una foto en la que se vea la grasa de tu cuerpo. Así recordarás cómo te ves».
- «Si te gusta mucho una comida, échale jabón o algo no tóxico. Devolverás al segundo de metértelo en la boca y la próxima vez que lo veas o huelas sólo te dará asco».
- «Usa ropa suelta cuando vayas a salir o cuando estés con tu familia, para que así nadie sepa tu secreto».
- «Puedes usar una liga (banda elástica) en la mano. Cada vez que quieras comer tira de ella, así sabrás que la comida equivale al dolor».
- «Si vas a vomitar, abre el grifo y pon la música fuerte, así evitarás que te escuchen. Procura no salir con las mangas o el pelo recogido, levantarás sospechas».
- «No vomites siempre al terminar de comer o a la misma hora, empezarán a sospechar».
- «Si empiezas a vomitar sangre ¡Para! Es el momento de hacer una pausa y dejar que tu organismo se recupere. Vomitar sangre es muy peligroso,. Deja de hacerlo por lo menos 11 días».
Es tanta la impotencia que te invade. Te gustaría poder decirles tantas cosas... Su lema es «Nada sabe tan rico como ser delgada» y, como si de dos buenas amigas se tratase, hablan de Ana (Anorexia) y Mia (Bulimia). Detrás de estas plataformas suele haber una persona con algún desorden alimenticio y a ellas acuden miles de adolescentes manipulables, en su mayoría chicas. Internet, Twitter, Youtube, Instagram... Están por todas partes. ¿Nadie puede actuar contra ellos?
La apología de la anorexia y la bulimia en España sigue sin ser delito, mientras que descargarte música o una película sí lo es. ¿Este es nuestro sistema de prioridades? Da que pensar.
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