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Escapadas

¿Sabes dónde nació el turismo rural? en este precioso pueblo asturiano

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas eligió este lugar por estar incomunicado y condenado, cuando entonces, a desaparecer

Os Teixois, en Taramundi. Turismo de Asturias.

El turismo rural nació en un pueblo asturiano del occidente, tan escondido como precioso. A día de hoy, este pueblo, famoso también por sus navajas, sus molinos de agua y sus quesos, se ha convertido en uno de los enclaves rurales más visitados y no es de extrañar porque es un pueblo de postal.

En el año 1984 fue designado como el "primer núcleo de turismo rural de España". El proyecto de convertir una zona completamente deprimida y olvidada de Asturias en un lugar a donde ir a hacer turismo, reconectar con la naturaleza, disfrutar del silencio, de sus costumbres y de su gastronomía parecía una utopía, pero el caso es que funcionó. Y lo hizo tan bien que a día de hoy el turismo rural es una forma más de ir de vacaciones.

Fue la antigua casa del cura "La Rectoral" donde se construyó el primer hotel destinado al turismo rural del pueblo y además, todavía sigue abierto. Un alojamiento exclusivo que merece la pena conocer.

Fue precisamente ese hotel el que salvó a Taramundi de una muerte casi segura. El despoblamiento sigue apretando con fuerza a esta zona rural asturiana pero a día de hoy, decir el nombre de Taramundi es decir un lugar al que todo el mundo debe de ir al menos una vez en la vida. Es complicado no volver porque su belleza enamora.

El pueblo, rehabilitado completamente, con calles de piedra y con unas casas típicas de la arquitectura tradicional de la zona con paredes de piedra y tejados en pizarra es una belleza. Además, cuenta con un patrimonio etnográfico en el que nadie había reparado tampoco hasta los años ochenta, y es que ocurre que en las zonas rurales, quienes trabajan duro y mantienen vivan las costumbres que dan pulso a un lugar, muchas veces ignoran que lo que tienen entre sus manos es la mejor muestra cultural que existe.

Una de las mejores experiencias en Asturias

Prueba de ello es el conjunto de Os Teixois, ejemplo vivo del patrimonio preindustrial de la cultura del agua. Aquí se puede ver cómo se utilizaban los molinos y la fuerza del agua del río para hacer la vida un poco más sencilla. Su visita, que requiere reservar cita, es una de las experiencias más bonitas que se puede hacer en Asturias. En Os Teixois también hay hórreos, casonas y cabazos y también una taberna tradicional donde se puede tomar una sidra elaborada en el pueblo.

Las navajas son otro de los referentes de esta localidad. Saben bien quienes se dedican a la cocina o hacen sus pinitos en los fogones, que tener un cuchillo o navaja de Taramundi es tener una herramienta perfecta para trabajar. Hoy aún hay varios artesanos en el pueblo que fabrican estos cuchillos de fama mundial. Nadie se va de Taramundi sin una navaja.

Taramundi era en los años ochenta un pueblo olvidado en lo más remoto de Asturias.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ideó un proyecto para intentar promocionar el turismo es las zonas más desfavorecidas del país y ahí apareció por primera vez el nombre de Taramundi que tenía todo en contra del desarrollo: malas carreteras, una sangría demográfica endémica, un asilamiento casi absoluto... Pero fueron precisamente esas cualidades las que avalaron al pueblo para ser objeto de aquel experimento. Por todo ello fue seleccionado para el desarrollo del primer proyecto piloto de turismo rural y que buscaba afianzar otra manera de pasar las vacaciones sin que tuviesen que estar vinculadas al sol y al turismo.

Hoy, el turismo es la actividad principal que sostiene la economía de Taramundi y aunque la lucha contra el despoblamiento sigue siendo una batalla muy viva en toda la zona rural, si La Rectoral no hubiese abierto sus puertas y luego lo hiciesen, por contagio, las decenas de casas de turismo rural, apartamentos y establecimientos de restauración, probablemente de Taramundi solo quedase un recuerdo.

Si quieres saber por qué merece la pena hacer turismo en la zona rural, Taramundi tiene la respuesta y está más vivo que nunca.