El rincón de Huesca de apenas 122 habitantes que esconde pinturas Patrimonio de la Humanidad

El Prepirineo aragonés, oculto en la provincia de Huesca y que muchas veces pasa desapercibida frente a la cordillera pirenaica, guarda secretos que enamoran a quienes los descubren. Este rincón de Aragón es una combinación única de paisajes, pueblos con encanto y un gran legado cultural. Los protagonistas de esta región son el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, junto con el Parque Cultural del río Vero, ofrecen un sinfín de posibilidades para los amantes de la naturaleza y la historia.

Entre as localidades de la zona destaca Bárcabo, un lugar pequeño en tamaño pero grande en historia y patrimonio. Este municipio no solo cuenta con un entorno natural espectacular, sino que alberga uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad. Un destino que parece estar hecho a medida para quienes buscan tranquilidad, naturaleza y cultura.

¿Qué ver en Bárcabo?

A una altitud de 713 metros, Bárcabo es la cabecera de un municipio que engloba varias aldeas y núcleos, como Almazorre, Lecina, Betorz, y Suelves. Aunque el pueblo cuenta con tan solo 122 habitantes, su encanto radica en su arquitectura tradicional y en su entorno privilegiado. Las casas de piedra, como la emblemática Casa Lueza, conservan la esencia de épocas pasadas, ofreciendo una ventana al pasado rural de Aragón.

Entre sus monumentos destaca la iglesia de Santa Cecilia, un edificio barroco construido sobre los restos de un templo románico. Su crismón y el pequeño ábside son testigos de esta herencia arquitectónica. En las afueras, se encuentra la ermita de la Virgen de la Sierra, un punto imprescindible para quienes visitan la zona. Sin embargo, El principal atractivo de Bárcabo es su legado prehistórico. En la comarca del Sobrarbe, donde se ubica el municipio, se encuentran más de 20 enclaves con arte rupestre inscritos en la lista de Patrimonio Mundial.

Estas pinturas, mayoritariamente de estilo esquemático, forman parte del conjunto conocido como el "Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica". Muchas de ellas se encuentran en los alrededores de Lecina, una de las aldeas del municipio. Las pinturas rupestres, realizadas en abrigos y cuevas, representan escenas de caza, figuras humanas y animales, y símbolos abstractos que revelan la vida y creencias de los habitantes prehistóricos de la región.

Fortalezas y monumentos cercanos

Además del arte rupestre, Bárcabo y sus alrededores cuentan con vestigios históricos que remontan a la época medieval. El castillo de Hospitaled, situado en las proximidades, fue una fortificación clave en la lucha contra los musulmanes. Aunque hoy solo se conservan sus cimientos, el lugar evoca la importancia estratégica de esta zona durante la Reconquista. Algo similar ocurre con el castillo de Azaba, en Almazorre, que también forma parte del rico patrimonio histórico de la región.

Otros puntos de interés son el dolmen de las Balanzas, un vestigio megalítico que habla de las antiguas civilizaciones que habitaron estas tierras, y la selva de Almazorre, un espacio natural que combina frondosa vegetación con senderos ideales para quienes disfrutan del contacto con la naturaleza.