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Pobres mininos: Diez mitos sobre los gatos y su conexión con la 'mala suerte'
Estos felinos han sido víctimas de estereotipos y supersticiones populares desde hace miles de años

A pesar de que uno de los grandes rasgos que nos diferencias a los seres humanos del resto de animales sea nuestra capacidad para el razonamiento complejo, hemos comprobado que esta no se da de forma constante. Nuestro propio e intrincado cerebro ha sido y continúa siendo una herramienta que se vuelve contra nosotros cuando genera pensamientos que se salen de una lógica formal.
Los muchos siglos de la vida del Homo sapiens sobre la faz de la Tierra nos han demostrado hasta qué puntos del absurdo es capaz de hilvanar historias o relaciones falsas nuestra mente. Confundiendo causalidad con casualidad, las personas le hemos conferido propiedades 'mágicas' o inventado culpables a objetos o animales que nada tenían que ver en el asunto.

Una de las mayores víctimas de estas supersticiones han sido, desde tiempos muy remotos, los gatos, especialmente los que viven en la calle. Injustamente, le hemos echado las culpas a estos pequeño y peludos felinos de las cosas malas que nos sucedían. Es por ello que hoy hemos decidido desmentir algunas de las supersticiones más famosas que involucran a estos animales.
Pobres mininos: Diez mitos sobre los gatos y su conexión con la 'mala suerte'
Desde la antigüedad, los gatos han sido objeto de supersticiones y creencias populares, muchas de ellas vinculadas a la 'mala suerte'. Aunque hoy en día sabemos que estos felinos son compañeros cariñosos y beneficiosos para el hogar, algunos mitos siguen vivos en diferentes culturas, incluso en la nuestra. Estas son algunas de las más comunes.
- Los gatos negros traen mala suerte. Uno de los mitos más extendidos es que los gatos negros son portadores de desgracia. Esta creencia se originó en la Europa medieval, donde se les asociaba con la brujería y las malas artes mágicas. Curiosamente, en otras culturas y regiones del mundo, como en Japón o Escocia, los gatos negros se ven como símbolos de buena fortuna y prosperidad.
- Si un gato se cruza en tu camino, tendrás mala suerte. Este mito proviene también de tiempos en los que se creía que las brujas podían transformarse en gatos para espiar o causar daño. En realidad, si un gato se cruza en tu camino, simplemente está siguiendo su ruta habitual, sin ningún significado esotérico. Se dan millones de coincidencias a lo largo del día, y el transcurso de las cosas pocas veces nos tiene en cuenta como individuos.
- Los gatos absorben la energía negativa del hogar. Aunque muchas personas creen que los gatos pueden 'robar' la energía (qué concepto tan amplio y manido) de una casa o de las personas, en realidad su comportamiento de buscar lugares cálidos y cómodos está relacionado con su instinto de supervivencia y bienestar. Son animales a los que les gusta experimentar la calma y la soledad.
- Tener un gato en casa impide la prosperidad económica. Algunas supersticiones aseguran que tener un gato en casa aleja la abundancia y la prosperidad. En culturas como la egipcia o la asiática, los gatos han sido considerados símbolos de riqueza y protección del hogar. Así lo contábamos en LA RAZÓN hace unas semanas.
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- Los gatos predicen la muerte. Existe una creencia que asegura que, si un gato se posa sobre una persona enferma, es porque presiente su muerte. En realidad, los gatos buscan el calor corporal y la tranquilidad, lo que los lleva a acostarse junto a personas que están en reposo. Su temperatura normal suele estar entre los 38 y los 39,5ºC.
- Los gatos son acompañantes de brujas y seres malignos. En la Edad Media, los gatos (especialmente los negros), eran considerados cómplices de la brujería y el demonio. Hoy en día, sabemos que estas asociaciones eran parte de la persecución de mujeres sabias y de la ignorancia sobre la naturaleza de los felinos. En el imaginario popular se les suele presentar como acompañantes de estas hechiceras oscuras, al igual que los tritones o los cuervos.
- Los gatos traen desgracias en los viajes. En algunas culturas, se piensa que ver un gato antes de un viaje es un mal presagio. Sin embargo, en la marina británica, los gatos han sido considerados amuletos de buena suerte en los barcos, ya que protegían los víveres al cazar roedores. Lo cierto es que estos felinos abundan en los puertos porque acuden en busca de alimento.
- Si un gato mira fijamente a alguien, le está lanzando un maleficio. Los gatos tienen una vista excepcional y pueden fijar la mirada en algo que los intriga. No es un acto de magia ni un maleficio, sino una respuesta natural a estímulos visuales que los humanos muchas veces no perciben. Sus rasgadas y enormes pupilas se contraen mucho más que las de los humanos para adaptarse a la intensidad de la luz del entorno.
- Los gatos pueden provocar infertilidad en las mujeres. Este mito surge del miedo a la 'toxoplasmosis', una enfermedad que puede afectar a embarazadas, pero que no se transmite simplemente por convivir con un gato. Mantener una higiene adecuada y evitar la manipulación de excrementos de gatos callejeros elimina los riesgo casi por completo.
- Los gatos son traicioneros y poco confiables. A diferencia de los perros, los gatos tienen una forma de socializar diferente, pero esto no significa que sean traicioneros. Su comportamiento independiente es un rasgo evolutivo, pero pueden generar lazos profundos con sus dueños y demostrar afecto de múltiples maneras, aunque no lo hagan de forma tan entusiasta.
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