
Fauna
Este animal es capaz de 'embarazarse' a sí mismo: abunda en todos los jardines de España
Se trata de un gasterópodo muy común en nuestro país que cuenta con un curioso mecanismo de reproducción

Cualquier forma de vida conocida, ya sea terrestre o marina, necesita reproducirse para continuar su legado genético y así evitar su extinción. Este acto, junto a la relación y la alimentación, constituye las características principales que debe cumplir un ser vivo para ser considerado como tal. Esto es lo que ha llevado a muchos científicos, por ejemplo, a descartar a los virus de este grupo.
La reproducción puede darse tanto de forma asexual (gemación, bipartición, partenogénesis, etc.) como de forma sexual, a través de dos gametos diferenciados: óvulo y espermatozoide. En los seres humanos y la mayoría de animales, cuando un individuo nace con ambos órganos reproductivos, en muy raras ocasiones los dos terminan desarrollándose y siendo eficaces.

Pero la naturaleza no dejará jamás de sorprendernos, y es que se ha descubierto que existen ciertas especies de fauna capaces no solo de crecer como hermafroditas, sino también de reproducirse consigo mismos, como ocurre con muchas plantas. Esta cualidad tan poco común, sin embargo, está presente en uno de los seres que más abundan a nuestro alrededor.
Este animal es capaz de 'embarazarse' a sí mismo: abunda en todos los jardines de España
Se trata ni más ni menos que de los caracoles, esos moluscos gasterópodos que tanto se ven por todas partes en la Península Ibérica. Estos curiosos animales que protegen sus cuerpos con unas conchas en espiral han evolucionado con diversas estrategias reproductivas, incluyendo la capacidad de autofecundación en algunas especies. Sin embargo, la mayoría de los caracoles son hermafroditas simultáneos, es decir, poseen tanto órganos reproductores masculinos como femeninos al mismo tiempo, aunque suelen preferir la reproducción cruzada.
No todos los caracoles tienen esta capacidad, pues la autofecundación ocurre en algunas especies cuando no hay parejas disponibles, aunque es menos común porque suele reducir la diversidad genética de la descendencia. Entre los moluscos que pueden autofecundarse se encuentran ciertos 'caracoles pulmonados', como el Deroceras reticulatum y algunas especies de Biomphalaria.

En caracoles terrestres, como el Cornu aspersum (caracol común o de jardín), el apareamiento es preferiblemente con otra pareja para intercambiar esperma, pero en casos de aislamiento prolongado, pueden recurrir a la autofecundación, aunque con menor éxito reproductivo. En momentos difíciles cuando no han encontrado pareja, se ha documentado cómo son capaces de reproducirse con ellos mismos.
Curiosidades sobre los caracoles
- Los caracoles poseen una estructura llamada 'rádula', una especie de lengua cubierta con miles de diminutos dientes que les permiten raspar y triturar su comida. Algunas especies pueden tener hasta 25.000 dientes en este órgano diminuto.
- Se ha estudiado cómo ciertos caracoles terrestres pueden hibernar durante el invierno y, en climas extremadamente cálidos, entrar en estivación (una especie de letargo) sellando su concha con una capa de mucus endurecida.
- Su baba no solo les ayuda a deslizarse, sino que también sirve para protección, adherencia y hasta comunicación química con otros caracoles. Cuando se le aproxima un depredador de pequeño tamaño, como las hormigas, produce más de esta sustancia para cubrirse y formas una capa protectora.
- Durante el apareamiento, algunas especies de caracoles, como el Cornu aspersum, disparan una especie de proyectil calcáreo, conocido como "dardo de amor" contra su pareja. Este dardo contiene sustancias químicas que aumentan la probabilidad de que el esperma del lanzador sea utilizado para la fertilización, y se cree que la mitología griega se basó en ellas para crear las 'flechas de Cupido' (Eros).
- Algunas especies tienen la capacidad de regenerar partes de su cuerpo, como la cabeza en ciertos caracoles marinos u otros órganos que se hayan visto dañados después del ataque de un depredador.

Los caracoles desempeñan un papel crucial en los ecosistemas, ya que ayudan a descomponer materia orgánica y sirven de alimento para muchos animales. Además, en términos económicos, la "helicicultura" (cría de caracoles) es una actividad creciente en España, especialmente en Cataluña y Andalucía. En muchas zonas de nuestro país se utilizan en gastronomía para preparar platos tradicionales.
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