Esta es la especie invasora que llegó de Marruecos: supone un problema para las Islas Canarias

El equilibrio ecológico es mucho más frágil de lo que se suele pensar, y está en constante cambio, no se trata de un estado invariable de la naturaleza. Puede suceder que la introducción artificial de una especie externa, sea fortuita o no, desbarate la armonía de un ecosistema y provoque que desaparezcan poblaciones enteras de otros seres vivos en poco tiempo.

En el mundo globalizado en el que vivimos, se producen decenas de miles de desplazamientos de personas por todos los rincones del mundo, lo que aumenta el riesgo de que se produzcan esta clase de inserciones de agentes extraños. Los barcos que hacen trayectos internacionales, por ejemplo, están obligados por convenio a tratar su agua de lastre antes de descargarla en su destino, así como a mantener su casco limpio de organismos. De esta forma, se reduce el riesgo de que introduzcan especies foráneas en otros territorios.

En España, por desgracia, son muchos los casos en los que una especie extranjera ha acabado llegando a nuestro país y colonizando diferentes ecosistemas. Ser uno de los centros de comercio y cultura más importantes del mundo también implica ciertas desventajas. Uno de los más sonados es el del cangrejo de río americano (Procambarus clarkii), que casi termina con su especies homólogas españolas autóctonas.

Esta es la especie invasora que llegó de Marruecos: supone un problema para las Islas Canarias

Según el IPNA (Instituto de Productos Naturales y Agrobiología), los investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) llevan ya varios años alertando sobre la presencia de especies invasoras en las Islas Canarias. Desde la institución apuntan a que estos seres vivos constituyen una amenaza para "la rica biodiversidad del frágil ecosistema canario".

Una de las principales especies que lleva largo tiempo preocupando a los biólogos es la 'ardilla moruna' (Atlantoxerus getulus), un roedor originario del norte de África, principalmente de Marruecos y Argelia. Se cree que fue introducida a mediados de los años 60 en Fuerteventura como animal doméstico, y que en un par de décadas ya se extendió por toda la isla.

Como indican, la ardilla moruna "actualmente está considerada una especie invasora cuya posesión, comercio y transporte quedan prohibidos por ley". Durante los años del cambio de milenio, esta especie fue trasportada al resto del archipiélago, pasando a colonizar prácticamente todos los territorios de las Canarias, donde encontró condiciones favorables para su proliferación.

Los expertos, según comparte el IPNA, defienden que se deberían implementar mecanismos de control muchos más estrictos para evitar que especies invasoras, como la ardilla moruna o la culebra real de California. Apuntan a que algunas de las medidas tomadas por Nueva Zelanda o Australia, donde los controles en los aeropuertos son más estrictos en este aspecto, ayudan a una detección y respuesta más rápidas.

Curiosidades sobre la 'ardilla moruna'

El Atlantoxerus getulus, conocido como ardilla moruna o 'ardilla berberisca', es un roedor de la familia Sciuridae originario del norte de África. Se encuentra principalmente en Marruecos, Argelia y el oeste de Sáhara, y ahora además en otras zonas del mundo como especie invasora, especialmente en las Islas Canarias.

Su cuerpo mide entre 16 y 23 centímetros, y su cola puede alcanzar longitudes similares, aunque no suelen superar los 300 gramos de peso. Se distinguen fácilmente por su pelaje, que es marrón grisáceo con franjas blancas en los costados además de por su cola poblada y esponjosa. Como muchas otras ardillas, su dieta es omnívora, y se alimenta principalmente de semillas, frutos, raíces e insectos.

La ardilla moruna se considera un animal diurno y muy sociable, vive en grupos familiares y suele habitar en madrigueras excavadas en el suelo. Puede tener hasta dos camadas al año, con entre dos y cuatro crías por camada. A diferencia de otras especies, Atlantoxerus getulus no hiberna, sino que permanece activa todo el año, lo que le permite aprovechar los recursos disponibles en su entorno, normalmente desértico.

Su frondosa y peluda cola no solo le sirve para comunicarse con otros individuos de su misma especie, sino que también puede actuar en muchas ocasiones como una sombrilla, con la que se protege del sol del desierto. Además, aunque esconde alimentos en diferentes lugares como estrategia para evitar que otros animales los roben, a veces de le olvida dónde los ocultó.