En verano…La cocina

Llega el calor, acaba el colegio, los niños en casa tascando el freno por veranear.

Carreras, maletas, desorden y alegría se mezclan en una gran coctelera girante por toda nuestra geografía.

¡Vamos a descansar! ¡A cambiar de vida!

Iremos al campo o a la playa. Con lo que está cayendo, algo sencillito, cercano y barato. La familia se reúne, y concretan una semana de playa solamente.

No sé ustedes pero esos momentos trascendentales para las amas de casa que tienen grandes posibilidades de padecer un fuerte ataque de histeria, ganas de coger una maletilla para ir con sus vacaciones solas a cualquier playa, desconocida y lejana donde poder descansar.

Menos mal que ese pensamiento fugaz e idílico, dura poco, entre cinco minutos y un día; enseguida llega el sentido común y entiende que el reposo de cambiar el trabajo es cambiar de imaginación.

Todos deberán ayudar en casa de acuerdo a sus posibilidades, como un juego. Delegar en los hijos tareas sencillas que ayuden a las madres a tener un espacio propio. Hacer su cama, recoger la ropa, tener y ordenar lo que se pueda; todo eso facilitará la convivencia familiar permitirá que la madre apoyándose en esos pilares pueda descansar un rato, tomar café con algunas amigas dando paseos por la playa o el campo.

En verano…Cocina sí como el rato preciso, el resto, tertulias con el marido y los hijos, tiempo de recuerdos y familia con aficiones propias, algún hobby, que nos haga recuperar fuerzas para el curso próximo, renovadas por un merecido descanso, de veraneo compartido.