Pesca

Suenan cantos de atunes rojos en el litoral gaditano 

Los trabajos en tierra abren una campaña en la que las almadrabas se vuelven a ver obligadas a comprar más cuota en otras pesquerías

Imagen de archivo de la pesca de atún rojo
Imagen de archivo de la pesca de atún rojoGADIRAGADIRA

Agrietadas, curtidas y casi insensibles, las manos de los almadraberos atesoran gran parte de la historia, gloriosa en tiempos pretéritos, de un arte de pesca que ha sido y sigue siendo reflejo de la suerte de los pueblos que se asoman al litoral de La Janda y Tarifa.

Manos que, a la espera de que los grandes gigantes de plata (atunes rojos) culminen de forma exitosa su extenuante travesía por el Atlántico, se entregan estos días a la meticulosa y trascendental preparación de ese entramado de redes, anclas, cables de acero y boyas llamado almadraba.

Arte de pesca aliada con la sostenibilidad de la especie, cuya preparación en tierra y, seguidamente, calado en la mar exige de una extraordinaria precisión para soportar los envites, desesperados, a los que se será sometida por atunes rojos (Thunnus thynnus) de entre 200 y 300 kilos de peso.

La faena, prólogo de ese proceso que, en unos meses, se culminará con la captura de los atunes rojos y su cuidado cocinado en restaurantes y bares que rinden culto a este exquisito producto, ha vivido estos días su puesta en escena con el bautizo, por parte del párroco de la iglesia de Santa Catalina (edificio localizado junto a la vieja Chanca conileña) de los enseres de la almadraba de Conil de la Frontera.

Liturgia (a esta primera parte de la faena se la conoce como calamento) con la que, como viene ocurriendo desde tiempos inmemoriales, los almadraberos gaditanos han levantado el telón de una campaña que, una vez más, llega con un claro déficit de tonelaje de cuota.

Y es que, con una cuota total idéntica a la de las campañas de 2023 y 2024 (1.643,167 toneladas en total: 454,124 para Barbate; 413,264, Conil de la Frontera; 426,325, Zahara de los Atunes y 349,454 para Tarifa), tanto la almadraba de Barbate como las pertenecientes a la Organización de Productores de Pesca de Almadraba (OPP-51) se vuelven a ver obligadas a ‘calar sus redes’ en otros ‘caladeros’ en busca de más tonelaje. O, dicho de otro modo, a comprar parte de la cuota de otras pesquerías con el objetivo de dar respuesta a la demanda, creciente, del mercado.

De hecho, como ha señalado, Marta Crespo, directora gerente de la Organización de Productores de Pesca de Almadraba (OPP-51), ya han podido adquirir una cuota adicional de 70 toneladas de pesquerías del Mediterráneo. Operación de búsqueda de más tonelaje que se dilatará hasta que comienza la fase de pesca.

No obstante, los almadraberos gaditanos confían en que la asignación total de cuota se incremente la campaña del año que viene; algo que debería comenzar a materializarse en la reunión que la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico celebrará en noviembre.

Dicha esperanza tiene su principal argumento en la extraordinaria recuperación que ha experimentando la especie a raíz de la puesta en marcha del plan de recuperación del atún rojo impulsado por la Iccat.

Cabe recordar que las almadrabas gaditanas, las más respetuosas con la especie (sus redes solo permiten la captura de grandes ejemplares), han sido durante todos estos años las grandes perjudicadas por un reparto de cuota que, en 2011, tocó su suelo, con 630 toneladas.

Del aumento, esperado, de cuota también está pendiente la recuperación de una de las almadrabas históricas del litoral gaditano, la de Sancti Petri, con todos los parabienes administrativos para recuperar su actividad, pero sin asignación de cuota hasta la fecha.

Motor económico

Con el inicio de esta nueva temporada de captura del atún rojo, que se prevé que asista a sus primeras ‘levantás’ en la segunda quincena del mes de abril, se pone en marcha uno de los grandes motores económicos del litoral de la comarca de La Janda y Tarifa.

Concretamente, según datos del sector, genera en torno a 400 empleos directos 1.000 indirectos.

Y es que, más allá del tema pesquero, el atún rojo se convierte estos meses en pieza fundamental para la actividad hostelera, actúa de revulsivo turístico y, además, es eje de la celebración de numerosas rutas gastronómicas que atraen a miles de amantes del buen comer, incrementando la demanda de empleo.

Señalar que, como viene ocurriendo desde hace años, Japón, como país, capitalizará el grueso de las capturas, en torno a un 40%; el resto se quedará en España o viajará a otros puntos de Europa.