Casi medio siglo de la mítica bandera que colgó de La Giralda

A punto de cumplir 90 años, la sevillana Eligia Lorenzo se toma con humor haber pasado a la historia por ser la mujer que cosió la bandera de Andalucía de 12 metros que colgó clandestinamente de La Giralda de Sevilla en 1977, mientras lamenta que los jóvenes de hoy en día “no se movilizarían como nos movimos entonces”.

Lo explica en una entrevista con EFE en su casa de Mairena del Aljarafe (Sevilla), un piso en una quinta planta donde siempre ha vivido, y que se convirtió a mediados de los años 70 casi en una “sede clandestina” del movimiento que reclamaba la autonomía andaluza.

Fue, además, junto a su marido, Emilio Vaz, una de las fundadoras del Partido Socialista de Andalucía (PSA), el germen del Partido Andalucista (PA), junto a Luis Uruñuela, Diego de los Santos o Alejandro Rojas Marcos. “Participamos las esposas de todos, porque éramos eso, sus esposas, ya que las mujeres por nosotras mismas no podíamos hacer nada”, recuerda.

La primera sede del PSA estuvo en Mairena del Aljarafe, y allí se gestó que había que pelear el andalucismo desde el lugar más alto de Sevilla, que entonces aún era La Giralda, y fue cuando nació aquella mítica bandera, que se creo “con 12 metros de tela blanca y verde comprados en una tienda de San Juan de Aznalfarache”, y que ella realizó “porque en aquel entonces a las mujeres nos enseñaban a coser, todas sabíamos hacerlo”.

De hecho, lo más fácil fue coserla, porque luego había que escribir en la franja blanca la palabra “Autonomía”, y no sabían “cómo hacer que se comprara la pintura y pintarla sin que se notara, hasta que un amigo, Carlos Donaire, se ofreció a hacerlo, y con la bandera terminada y liada todo lo disimuladamente que se pudo, subieron a la torre y la descolgaron.

Unos falangistas intentaron llevársela

“Estuvo colgada unos 40 minutos, hasta que subieron unos falangistas y la descolgaron”, rememora, pero cuando bajaron de la torre, Eligia y sus compañeros los estaban esperando, “y solo hubo que ponerse serios con ellos, y aquellos cobardes soltaron la bandera y salieron corriendo”.

Pero aquella emblemática bandera, finalmente, se perdió “traumáticamente” meses después. “Unos amigos me la pidieron para ir a animar al Betis a Barcelona, y en el descanso la pasearon por toda la grada, pasando desapercibida casi, por sus colores, hasta que llegaron a la altura de la Policía, que vieron que en realidad estaban pidiendo la autonomía. La quemaron delante de ellos, fueron muy crueles”, recuerda.

Sin embargo, aquello no quitó a Eligia las ganas de pelear por la autonomía andaluza, y cuenta cómo, de cara a la histórica movilización del 4 de diciembre de 1977, en su casa “había que andar de lado, porque solo había telas blancas y verdes por todos lados y no se cabía”.

También muestra unos azulejos en su terraza que tienen letras de canciones de Carlos Cano: “Estaban en la entrada del bloque pero me los hicieron quitar bajo amenazas”, explica esta “chica del cable”, porque toda su vida trabajó en Telefónica, conectando a personas en centralitas para que hablasen entre ellas.

El gobierno de Juanma Moreno

Han pasado 48 años de aquellos históricos acontecimientos, y ahora analiza cómo ha terminado llegando al poder el Partido Popular en Andalucía, lo que asume “con mucho respeto, porque es lo que ha votado el pueblo”, pero sí le gustaría que en la comunidad autónoma hubiese el mismo espíritu nacionalista que en Cataluña o Euskadi: “Si pudiera, le haría una transfusión de sangre de catalanes y vascos a los andaluces, a ver si nos pegaba algo”, bromea.

Con ese mismo sentido del humor responde “sí hombre, cualquiera se atrevía” a la pregunta sobre si alguien filmó aquella bandera colgada de La Giralda, recuerda con admiración a su marido, “el hombre más interesante que conocí”, fallecido nada más jubilarse, y asegura no confiar “por desgracia, en que el pueblo andaluz vuelva a movilizarse jamás como lo hizo entonces. Los jóvenes de hoy día lo han encontrado todo hecho, pero nosotros veníamos de la peor represión”, termina. EFE

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