Europa League
Dos viejos zorros empatan en el Villamarín
A Pellegrini y a Mourinho les venía bien el reparto de puntos, sellado con un gol en cada parte para Betis y Roma
Manuell Pellegrini y José Mourinho, granados palmarés y miles de horas de vuelo en los banquillos, tendrán sus cuentas pendientes –que las tienen– pero lo que seguro tienen es la clasificación en la cabeza. En cuanto Belotti empató el partido, un pacto tácito de no agresión se tejió con hilo invisible entre las áreas técnicas. La Roma depende de sí mismo para seguir en la competición en febrero. El Betis, matemáticamente clasificado, sólo puede perder la primera plaza del grupo si pierde en Bulgaria y, además, el Lugodorets gana en el Olímpico. Con los dos objetivos cumplidos, la resolución de viejas cuitas puede esperar.
Nadie crea, sin embargo, que el chileno y el portugués salieron a empatar sin disimulo. Cada uno a su modo, con el freno de mano los romanos y con muchos suplentes los béticos, comenzaron el partido con la intención de hacer daño. Eso sí, sin descuidar nunca la parcela defensiva. Tenían los italianos más balón que de costumbre, seguramente por la rotación de William Carvalho y Guido Rodríguez, los dos reguladores del centro del campo del «Ingeniero». Las primeras escaramuzas las provocó Spinazzola por su costado izquierdo y la primera ocasión seria fue para Miranda, que resbaló antes de controlar un magnífico envío de Canales.
El santanderino, el más titular de los atacantes locales, abrió el marcador pasada la media hora. Se equivocó la Roma en una salida dándole el balón a Willian José, que chutó desde lejos. Taponó Ibáñez, recogió el rebote Rodri y cedió a Canales, cuyo zurdazo desde 25 metros volvió a tocar en el central brasileño y despistó a Rui Patricio. La Roma acusó el golpe durante algunos minutos pero ya se fue al descanso avisando sobre su disconformidad, pues Belotti vio anulado por dos centímetros el empate que había logrado de cabeza.
Nada más empezar la segunda parte, tuvo todo el mundo claro que los transalpinos terminarían empatando. Tardó diez minutos en igualar Belotti, tiempo exiguo en el que se vieron cuatro llegadas claras de los chicos de Mourinho, galvanizados por la entrada de Camara. Fue precisamente el centrocampista africano quien asistió a su compañero en el gol, anulado por el linier y concedido por el VAR, ya que un toque previo a que el pase de Pellegrini llegase a sus pies lo había habilitado. Ahí se terminó el partido, pese a que quedaba más de media hora.
Pellegrini y su sucesor en el Real Madrid, Mourinho, tenían lo que habían ido a buscar. Entonces, ¿para qué hacerse sangre? Abandonó su ataque desaforado la Roma y aprovechó el bético para darle a sus titulares de la Liga unos minutillos que los eximieran de la carrera para sudar que dan los que no juegan nada. A falta de dos jornadas, el Betis tiene garantizada la continuidad en el torneo. El club verdiblanco, hoy, es una máquina de dar buenas noticias.
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