Informe
La salud mental de los mayores, «la gran olvidada»
El Defensor del Pueblo andaluz advierte de que no existe un enfoque «en este tramo vital»
El Defensor del Pueblo andaluz ha constatado durante 2023 que «la salud mental ha dejado de ser el eslabón perdido de la salud, aunque tenga ante sí el reto de un largo y abrupto camino». Su afirmación viene amparada por iniciativas como la aprobación del Plan Estratégico de Salud Mental y Adicciones de Andalucía (PESMA-A), previsto para una horquilla temporal de cuatro años, 2024-2028, que además afrontará por primera vez el enfoque conjunto, integrado y coordinado de salud mental y adicciones, con recursos integrales para la atención a las personas afectadas por patología dual.
En su informe anual de actuaciones relativo a 2023 no obvia que existen todavía muchas lagunas que afrontar como la mejora de la ratio profesionales (psiquiatras, psicólogos y de otros perfiles); la petición de un modelo de tratamiento biopsicosocial, que permita un tratamiento terapéutico y no solo farmacológico y un menor consumo de psicofármacos; y las demandas de formación específica en salud mental.
Además, señala que «los responsables públicos sostienen que los problemas de salud mental infanto-juvenil constituyen una realidad cuyo incremento cuantitativo se ha constatado, que desborda la capacidad de respuesta del sistema sanitario y hace que no sean idóneos sus actuales instrumentos». Sin embargo, hay un colectivo que está incluso peor: el de las personas mayores, un «problema más preocupante, por su vacío, dado que presenta dificultades en su detección». Y añade que «la subestimación de síntomas que se achacan a la edad, impiden el posible diagnóstico y tratamiento».
La realidad es que entre el colectivo de personas mayores se priorizan programas que tienen que ver con la salud como la Estrategia de Bioética, el Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias en Andalucía, la Estrategia de Humanización o la promoción del envejecimiento saludable. Ahora bien, el informe señala que «la salud mental de las personas mayores se presenta como la gran olvidada y que sanitariamente no existe un enfoque particularizado en este tramo vital, que tome en consideración sus características propias, factores de riesgo y necesidades de abordaje de su salud mental».
El trabajo de la Defensoría lamenta que en el entorno de los centros sociosanitarios no existe un modelo de atención sanitaria que comprenda «específicamente» la atención a la salud mental de las personas mayores que viven en residencias y que el sector demanda poder contar con plazas de psicogeriatría a disposición de las residencias. En este sentido, apunta que la Administración reconoce que el enfoque a la salud mental de estas personas debería contar «con un proyecto específico», ya que el esfuerzo «se diluye en la simple atención a la cronicidad».
En términos generales, 2023 fue aun año en el que las quejas se dispararon hasta las 9.600, un 12% más que en el ejercicio anterior. Especialmente se incrementaron en el ámbito de salud con un 58% más, sobre todo por los retrasos en tiempos de respuesta asistencial.
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