Política
Pedro Sánchez pone a Juan Espadas a presidir su Congreso
El PSOE andaluz entiende el nombramiento y la elección de Sevilla como «un espaldarazo a la posición» de su secretario general
En cinco días se cumple un año del cónclave que celebró el PSOE en La Rinconada, fortín socialista más allá de Dos Hermanas, para arropar a Pedro Sánchez y que fue una suerte de «siéntase orgullo de ser socialista» en el que más de 3.000 personas se juntaron en el recinto de «El abrazo» en un ejercicio de autocomplacencia dialéctica y unión tribal bajo la máxima de proteger al líder. Entonces, el alcalde de La Rinconada y secretario general del PSOE hispalense –también presidente de la Diputación de Sevilla–, Javier Fernández, de entrada, cuando arreciaban las críticas de Felipe González y Alfonso Guerra y Luis Yáñez era elevado por contraposición a los altares del «sanchismo», resumió el acto para que nadie se llevara a engaño: «Este mitin lo podemos resolver en una hora o en un minuto: ¿Queréis que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno de España?». Sánchez, que aún no se había tomado sus cinco días de reflexión tras el caso de Begoña Gómez, aseguró que estaba «con más fuerzas que nunca». Después pactó los indultos y luego la amnistía. Desde entonces a esta parte, su portavoz en el Senado y secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, viene elevando el concepto resistencia, en la línea del manual del presidente, a cotas de maratones en hipoxia en tanto Ferraz estudiaba si levantaba o bajaba el pulgar para su continuidad. Barones andaluces –empezando por el propio Javier Fernández aunque con Jaén aún en espera– han salido a arropar a Espadas, lo que apunta al indulto de Sánchez para su hombre en Andalucía, cuya posición respecto a las decisiones de Ferraz es calificada por sus críticos como la «estrategia López Vázquez» –«Aquí, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo»–. Ayer mismo, el parlamentario Mario Jiménez subió un vídeo a Twitter reclamando más dureza. «Contra el que sólo sabe confrontar, sólo confrontación» dijo de los encuentros de Juanma Moreno después de su cita con Sánchez en La Moncloa. Espadas ha pasado de la hipotética salida de la oposición en Andalucía a presidir el 41º Congreso federal que el PSOE celebrará en Sevilla del 29 de noviembre al 1 de diciembre.
El escenario en que trabaja el Gobierno andaluz es el de la continuidad de Espadas y su relevo por María Jesús Montero una vez que Feijóo sea presidente del Gobierno. Espadas, entienden, es el sparring ideal para Moreno. Se le considera «leal» institucionalmente y a la hora de la negociación parlamentaria y, en el plano de partido, su desgaste en Andalucía es importante como portavoz de Pedro Sánchez en el Senado y después de asumir, a diferencia de otros líderes socialistas como García Page, Javier Lambán o la propia Susana Díaz, cada uno de los postulados del sanchismo: de los indultos a la amnistía y ahora la financiación singular de Cataluña.
En declaraciones a Canal Sur Radio recogidas por Ep, el coordinador de Presidencia del Grupo Socialista en el Parlamento, Rafael Márquez, destacó que el líder del PSOE-A vaya a presidir el cónclave de los socialistas a nivel nacional, del que Pedro Sánchez saldrá reelegido como secretario general del partido por incomparecencia de candidatos. Rafael Márquez sostuvo que la designación supone «un espaldarazo a la posición» de Espadas «como líder del PSOE» andaluz, y también «un reconocimiento al PSOE de Andalucía, tanto por la cantidad de militantes que tiene» –el «25% del partido en toda España»–, como «por el valor político que siempre ha tenido y que sigue teniendo». Los socialistas andaluces se mostraron «contentos» por acoger el Congreso federal del PSOE en Sevilla y, «por supuesto», porque «lo presida» su líder, Juan Espadas. Fuentes del PSOE federal explicaron que suele ser habitual que el secretario general de la federación autonómica que acoge el Congreso presida el mismo. Ya pasó en 2021 en la Comunitat Valenciana con Ximo Puig. El secretario general del PSOE de Sevilla, Javier Fernández, anunció también este lunes que Juan Espadas encabezará la lista de delegados que la agrupación provincial sevillana enviará al citado Congreso federal, en el que Andalucía es la federación que más representantes envía: 268 de 1.099.
Espadas ha pasado de firmar mociones en el Ayuntamiento de Sevilla contra las exigencias independentistas a negar que exista un problema de financiación en Andalucía. Tras la revisión de los ERE por el Constitucional, el relato del PSOE-A fue el de denunciar una operación para despojar al partido de la Junta, a pesar de que el PP antes de la sentencia, en los comicios de diciembre de 2018, obtuvo el peor resultado de su historia. «De las casas del pueblo a TikTok», la maquinaria socialista se puso en marcha con el objetivo, dijo Espadas, de «explicar la sentencia y contar la gestión de Moreno en sanidad, dependencia o vivienda». «Movilizar y tareas concretas en lugares claves», señaló Espadas en una especie de «prietas las filas» bajo el ‘hashtag’ de «la gran cacería del PP» y «Verdad y Justicia PSOE». Luego vino el cupo catalán y cambió el foco tratando Espadas de dejar atrás el síndrome del «pato cojo»: «Me he puesto un poco a dieta pero creo que sigo siendo un perfil de peso. Salvo que no tenga confianza de la militancia, voy a seguir peleando por ser el candidato, aquí, en Ferraz y en todas las provincias», dijo tras la cuarta derrota consecutiva del PSOE-A. Los científicos ha descubierto un tercer estado entre la vida y la muerte y, de momento, en su equivalencia política al menos, no lo han bautizado como el estado Espadas. El líder del PSOE-A ha ido asumiendo todas las directrices de Ferraz y hasta ahora sólo ha levantado la voz en lo que a defender su propio liderazgo se refiere.
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