Salud
«Los mosquitos no tienen fronteras»: el virus del Nilo circula ya por siete de las ocho provincias andaluzas
Los casos en caballos y humanos pueden extenderse hasta final de noviembre». "Otoño es la peor época", dice un experto: toca "actuar para que el año próximo no sea un desastre"
El virus del Nilo circula ya por siete de las ocho provincias andaluzas. Resulta una obviedad, pero es la principal conclusión después de que el servicio de Sanidad Animal de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, haya confirmado focos de la enfermedad en caballos de explotaciones de las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz, Málaga, Córdoba, Jaén y Granada.
Se trata de la primera vez desde que hay registros en la que el virus transmitido por mosquitos se extiende por tanto territorio andaluz. Hasta la fecha, en 2024 se han contabilizado 69 focos en explotaciones ganaderas con caballos infectados. El primero fue a comienzos de julio en el municipio de Los Palacios y Villafranca, en Sevilla. En esta provincia se han detectado también en Dos Hermanas, Almensilla, Sevilla capital, Écija (2), La Luisiana, Carmona (3), Palomares del Río, El Coronil, Constantina, Aznalcázar (2), El Pedroso, La Rinconada, Villamanrique de la Condesa, Cazalla de la Sierra, Espartinas, La Puebla de los Infantes y El Viso del Alcor. En total, 18 pueblos. La segunda provincia en constatar contagios fue Huelva, a partir del 22 de julio: Almonte, La Palma del Condado, Villalba del Alcor, Beas y Gibraleón. Un mes más tarde, el 21 de agosto, se declaró el primer foco en Cádiz, en concreto en el municipio de Ubrique, al que siguieron otros en Jerez de la Frontera (5), Villamartín y el último en San José del Valle hace solo unos días (9 de octubre).
Ya en septiembre, el día 13, se detectó el primer caso en Arjona (2), en la provincia de Jaén, y al que siguieron otros en Andújar (2), Ibros y Villanueva de la Reina.
El primer caso en la provincia de Málaga llegó el 26 de septiembre en Cártama, pero también se detectó el virus en equinos de Almargen (3), Antequera y Alhaurín el Grande. En Córdoba también se certificó un foco en Lucena el 4 de octubre; y, por último, hasta en tres explotaciones de la provincia de Granada como Atarfe, Pinos Puente y Valle del Zalabí, se alargó la lista de detecciones del virus del Nilo en caballos. Sólo Almería se libra en la comunidad del virus por ahora, cuya climatología es poco propicia para el mosquito.
El virus del Nilo Occidental es un virus emergente y zoonótico, es decir, que puede transmitirse de animales a humanos mediante la picadura de mosquitos, llegando a causar enfermedad e incluso la muerte en personas y caballos. En España se detectó por primera vez en 2010 en caballos y humanos. En 2020 se produjo un gran brote que afectó a 77 personas y causó 8 fallecimientos en una zona concentrada entre Sevilla, Huelva y Cádiz. Este año el virus ya ha causado la muerte de diez personas y, aunque la Junta destaca que se acumulan tres semanas consecutivas sin casos en Andalucía, la movilidad en humanos también crece.
Un estudio en el primer semestre de 2021 evidenciaba que en el suroeste de Andalucía existe una alta exposición al virus del Nilo en caballos y aves silvestres. El informe detallaba tres factores de riesgo que incrementaban la posibilidad de infección en equinos: animales de mayor edad, cruzados o procedentes de explotaciones que no realizan un programa de control de insectos. Las aves son las especies que mantienen el virus en la naturaleza (son reservorios de la enfermedad) y las únicas especies que lo transmiten a los mosquitos. Por otro lado, los caballos, al igual que ocurre con los humanos, se infectan, desarrollan la enfermedad y pueden morir, pero no son capaces de transmitir el virus.
El catedrático e investigador del área de Sanidad Animal, Juan José Badiola, explica a LA RAZÓN que los focos detectados este año evidencian que «el virus está extendido por casi toda Andalucía». La ruta migratoria clásica de las aves empieza por Cádiz, va hacia Doñana y sube hacia Extremadura, normalmente, pero «al final las aves se mueven en todas direcciones y los mosquitos también lo hacen; la vía de penetración es el valle del Guadalquivir».
El cambio climático juega un papel relevante. «En Andalucía se dan unas condiciones muy propicias para el desarrollo del mosquito culex, el de toda la vida», recuerda. De hecho, este experto enfatiza que «si la temperatura perdura a niveles altos se puede alargar (la manifestación del virus) hasta bien avanzado el mes de noviembre». Es decir, que «el otoño es la peor época». La sequía no es una garantía de menor o mayor presencia de mosquitos. «Basta con que tengas una maceta», señala Badiola, que recuerda cómo en EE UU la enfermedad se detectó en los alrededores del aeropuerto de LaGuardia en Nueva York y en un año se extendió de la Costa Oeste a la Este.
Bajo su punto de vista, a Andalucía solo le queda ahora «controlar la enfermedad», pero tiene que «actuar» con previsión «para que el año que viene no sea un desastre». «Lo lógico es contar con un comité científico asesor de entomólogos. Los mosquitos no tienen fronteras y las aves, menos. Las medidas tienen que contemplar toda Andalucía», sugirió.
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