Turismo
La ciudad de Córdoba a la que peregrinan miles de judíos
Alberga el cementerio judío más grande de Europa, de 3.700 metros cuadrados
Cada año miles de judíos venidos de todo el mundo visitan Lucena atraídos por su pasado sefardí. Lucena, antigua ‘Eliossana’, fue conocida como la “Perla de Sefarad”. Su esplendor cultural se puede comparar al que alcanzaron los círculos literarios hispanos-hebreos de Córdoba y Granada durante el Califato y los reinos de Taifas.
Aunque quedan muy pocos vestigios de aquel pasado esplendoroso, la necrópolis judía de Lucena se puede considerar el espacio visitable de mayor relevancia para los interesados en esta temática. El cementerio judío de Lucena es, de hecho, el más grande de Europa.
La superficie que abarca la necrópolis judía de Lucena es de unos 3.700 m2, donde se hallaron casi 350 tumbas de los siglos X y XI, época de auténtico apogeo para la ‘Perla de Sefarad’. Para recorrer este espacio sagrado, se han habilitado pasarelas que permiten la visión desde lo alto de los nichos, que se han acotado y señalizado para su correcta identificación.
Para la adecuación de este cementerio como espacio visitable se llevaron a cabo otras tareas. Por ejemplo, la recreación de los cuatro tipos de tumbas que se emplearon aquí, como la de fosa simple o la de covacha, que eran cubiertas con tégulas romanas y lascas. Tampoco falta una fuente de agua, tan importante para la purificación, ni paneles explicativos para quienes visitan este espacio de forma individual.
La visita a la necrópolis judía de Lucena se puede completar, además, con la del Centro de Interpretación de Lucena, que hace las veces de museo sobre la historia de la localidad. Allí se expone uno de los hallazgos de mayor valor: un trozo de lápida con caracteres del alefato, algo de enorme singularidad en toda la Península Ibérica
En Lucena también es posible descubrir magníficas joyas del barroco cordobés que conectan con su pasado judío. El mejor ejemplo es la soberbia capilla del Sagrario de la iglesia de San Mateo, una parroquia alzada en el solar en el que se encontraba la antigua sinagoga de Lucena, convertida en mezquita hasta la conquista cristiana. También vale la pena acercarse a la cercana iglesia de San Domingo construida, según cuentan las crónicas, con materiales del viejo templo de San Mateo, y pulsar el ambiente que se vive en uno de los barrios más antiguos de la ciudad.