Sociedad
Los cazadores, una especie en vías de extinción: 115.000 licencias menos en 20 años en Andalucía
La edad media ha pasado de 42 a 52 años en la última década en un sector que mueve entre 1.900 y 3.500 millones al año
Juan Manuel González Blanco, onubense de Zufre afincado en el Aljarafe sevillano desde los años en que el tren de Cala paraba en San Juan de Aznalfarache repleto de inmigración interna, suma 80 años y un EPOC asfixiante que, en la práctica, limita su movilidad del balcón al interior del piso y del salón a la cocina, el baño o la cama. Apenas sale a por el pan o a tirar la basura. Por supuesto, no a votar en las últimas y sucesivas citas electorales pero sí, pese a la hipoxia permanente, movilizó a varios familiares para recorrer la provincia hispalense y acudir al cuartel de la Guardia Civil de Sanlúcar La Mayor, previa gestión del papeleo en la armería local, para renovar, aunque hace décadas ya que no caza, la licencia de armas. El mantenimiento de los seguros y los permisos, costosos por otra parte, por parte de Juan Manuel ejemplifica la lucha simbólica de los cazadores, una especie en vías de extinción en Andalucía desde hace años. En las dos últimas décadas, según las estadísticas de la Junta de Andalucía consultadas por LA RAZÓN, el número de licencias en la comunidad ha caído en más de 115.000 unidades.
Según los datos de la Secretaría General de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta, Andalucía sumaba en el año 2003 un total de 322.377 licencias de caza. De ellas, 30.756 correspondían a Almería; 28.493 a Cádiz; 50.499, a Córdoba; 44.037 a Granada; 32.340 a Huelva; 38.156 a Jaén; 39.598 a la provincia de Málaga; y 58.498 a Sevilla.
En el último año de la serie publicado (2021), Andalucía contaba con 206.955 licencias, esto es, por encima de 115.000 menos en casi dos décadas. Almería está en 17.595, casi la mitad que hace 20 años; Cádiz, en 19.727, cerca de 10.000 menos; Córdoba está en 36.572, esto es, un descenso de 24.000; Granada registra 27.428 licencias, una caída de 18.000; Huelva se sitúa en 20.030, más de 12.000 por debajo que hace dos décadas; Jaén está en 27.888, 11.000 licencias menos; Málaga registra 20.876, la mitad que hace 20 años; y Sevilla, 36.839, 22.000 licencias menos.
La caída de licencias en una década, contando desde 2011, cuando había 259.609 en Andalucía es de más de 50.000 permisos de caza. La Federación Andaluza apunta como cifra más reciente la de 220.000 licencias. En base a este dato, la bajada es de casi 40.000 licencias en una década y de 102.000 en 20 años.
Hay menos licencias y los cazadores cada vez son más mayores. La edad media del cazador ha pasado de 42 a 52 años en la última década, según el Plan Andaluz de Caza, un documento que recogía el descenso de las piezas de caza menor, la más común en la comunidad, y también la necesidad de introducir en las aulas contenidos cinegéticos. Uno de los objetivos a corto plazo del Plan Andaluz de Caza pasaba por hacer cantera en las aulas. Más allá de consideraciones de índole política o sociológica, la «drástica disminución en el último medio siglo» de la caza menor puede conllevan que las principales especies como el conejo y la perdiz descienda casi un 90%, lo que, según el Plan Andaluz, supone un «indicativo de que puede llegar la desaparición de sus poblaciones naturales». El Consejo de Gobierno aprobó recientemente el Plan Andaluz de Caza (2023-2033) con el que pretende «modernizar» un sector tradicional que «vertebra» la comunidad y que considera fundamental para la conservación del medio natural y de los equilibrios ecológicos. La caza emplea directamente e indirectamente a casi 45.000 personas en la comunidad y supone 3.500 millones de euros al PIB andaluz.
Segun la Federación Andaluza de Caza, el sector mueve entre 1.900 y 3.500 millones de euros en Andalucía y soporta unos 50.000 empleos directos con unas licencias que van oscilando según la temporada pero que suelen rondar las 220.000. El 81% del territorio andaluz es zona cinegética y, especialmente, Sierra Morena.
La caza, defiende el sector, es una actividad que no sólo se circunscribe al ámbito federativo, sino que crea riqueza, fija la población al territorio y contribuye a la conservación del medio ambiente. Los cazadores denuncian que están «condenados al ostracismo social» porque tienen que soportar «muchos estigmas». Los ecologistas y animalistas piden «la abolición» de la caza.
Sobre el envejecimiento del cazador, la Federación Andaluza señala que se trata de una dinámica que va en consonancia con la misma sociedad. «El INE establecía la edad media por encima de los 50 años aproximadamente», recuerda su presidente, José María Mancheño, quien apunta que el relevo generacional en el colectivo «va más lento de lo que nos gustaría» aunque en Andalucía este proceso no es tan acusado como en el resto del país. «El pájaro perdiz no abandona el surco cuando apeona a ocultarse», escribió Delibes en «Los Santo Inocentes».
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