El dilema

Andalucía sería la región más perjudicada si hay freno al hidrógeno verde

La comunidad concentra el 30% de estos proyectos, pero el «impuestazo» del Gobierno amenaza las inversiones, tal y como ha advertido Cepsa

Pedro Sánchez, durante la presentación del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde
Pedro Sánchez, durante la presentación del Valle Andaluz del Hidrógeno VerdeEuropa Press

Andalucía ha fiado al hidrógeno verde una parte sustancial de su política energética e industrial para las próximas décadas en el marco de los procesos de descarbonización impulsados por la Unión Europea. La hoja de ruta del Hidrógeno verde pasa por una serie de actuaciones en el corto, medio y largo plazo para aprovechar las oportunidades tecnológicas, industriales y sociales vinculadas al crecimiento en la producción, almacenamiento, distribución y usos, impulsando su desarrollo en Andalucía y posicionando a la comunidad como una región de referencia ante este vector energético. La producción de hidrógeno verde, una tecnología basada en la transformación de este elemento a través de electrólisis, es una oportunidad para alcanzar la soberanía energética y desarrollar proyectos de gran valor industrial y, por tanto, de empleo y generación de riqueza.

El anuncio de Cepsa de poner en «stand-by» sus inversiones en nuevos proyectos de hidrógeno en España debido a la incertidumbre regulatoria y fiscal en el país, ante la posibilidad de que el impuesto extraordinario a las energéticas pueda convertirse en un gravamen permanente, afecta especialmente a Andalucía porque la región concentra aproximadamente el 30% de los proyectos que hay en España. Evidentemente, no todos los proyectos son de Cepsa pero es habitual que este tipo de decisiones estratégicas de una empresa tan importante provoque un efecto cascada que acabaría con el trabajo de captación de inversiones de muchos años. Y, lo que es peor, afecte incluso a otros proyectos de carácter industrial al percibirse España como un país difícil para materializar inversiones.

Cepsa cuenta como proyecto emblema con el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, que está previsto que se erija en uno de los mayores centros de producción de hidrógeno verde de Europa para descarbonizar la industria, la aviación y el transporte marítimo y terrestre pesado, y convertir a España en un país exportador de energía sostenible. Este proyecto prevé una inversión de 3.000 millones de euros y la creación de 10.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos. Afectaría a las provincias de Huelva y Cádiz y la previsión es que genere más del 20 % de la producción de hidrógeno verde que se plantea España.

La Junta ha impulsado la Alianza Andaluza del Hidrógeno Verde, una iniciativa que cuenta con la adhesión y participación de 150 entidades públicas y privadas. Incluso hay una Comisión de Planificación y Seguimiento de la Alianza Andaluza del Hidrógeno Verde que incluye a los agentes económicos y sociales más representativos de la comunidad andaluza, como son los sindicatos UGT y CCOO de Andalucía y la Confederación de Empresarios de Andalucía. De momento, los sindicatos no se han pronunciado.

El efecto «contagio» de la decisión de Cepsa sería un golpe aún más doloroso porque pondría en jaque la política de atracción de inversiones del Gobierno andaluz, basada en la seguridad jurídica, la estabilidad política, la agilidad administrativa y la rebaja de impuestos. De momento, los resultados han sido positivos. De hecho, el de 2019-2023 ha sido el mejor quinquenio de la historia para Andalucía en relación con la inversión extranjera (4.426 millones), un 87,59% más que en el periodo 2014-2018, lo que a su vez contrasta con la caída del 7,83% experimentada en el conjunto de España. Los datos publicados por el Ministerio de Economía analizados por la Agencia Trade señalan que Andalucía ha pasado de captar 2.359,4 millones de euros de inversión extranjera en el periodo 2014-2018, a 4.426 millones en los cinco años transcurridos desde 2019.