"Caso ERE"
Carmen Martínez Aguayo: la tecnócrata que se inmoló por Griñán
La ex consejera llegó a señalar que eran más de 100 informes de Intervención los que pasaban por su mesa y que no se los leía, en contra de su defensa y a favor del ex presidente andaluz
Carmen Martínez Aguayo pertenece a la estirpe de dirigentes más técnicos que políticos. Una gestora o tecnócrata -como les llamaba la vieja guardia del PSOE-A-, al fin y al cabo. Discreta y siempre leal, la que fuera consejera de Hacienda de la Junta no dudó en inmolarse en su momento por Griñán, ya presidente, y servir de cortafuegos momentáneo ante el arrebato justiciero de la jueza Alaya, que iba directa y sin freno -como las sentencias luego han corroborado- a la cúspide de la Administración andaluza por el “caso ERE”. Aguayo aseguró que no trasladó los informes de la Intervención a Griñán cuando ella era viceconsejera y el principal condenado a prisión por los ERE era consejero y que ni siquiera los leyó detenidamente.
Aguayo ha seguido prestando consulta como médica en su centro de salud de Triana, en “El Cachorro”, hasta prácticamente el último momento. La ex consejera de Hacienda se ha convertido en la primera condenada a prisión en la pieza separada del procedimiento específico de los ERE que entre en la cárcel dentro del plazo de diez días que dio la Audiencia de Sevilla y que expira el 1 de enero. Su ex jefe Griñán ha alegado in extremis que padece cáncer.
Durante el juicio, el magistrado Juan Antonio Calle reprendió a Aguayo por su supuesta soberbia al contestar; fruto de la situación y los nervios, según los que la han tratado. Aguayo fue la consejera de Hacienda que se enfrentó con los funcionarios andaluces por la reordenación del sector público.
“Yo nunca he ido contra la ley”, defendió siempre Aguayo, argumentando que no hubo informe de actuación en los repetidos avisos de la Intervención. La ex consejera de Hacienda fue de las primeras que puso el foco en la Consejería de Empleo, acotando el fraude a esta área. “El crédito jamás delinque”, siempre ha sostenido Griñán, autor también de otra máxima en torno al caso: “Hubo un gran fraude pero no hubo un gran plan”, algo que la Justicia también ha tumbado.
Aguayo nació en Madrid y es licenciada en Medicina. Fue gestora del Servicio Andaluz de Salud (SAS) entre 1996 y 2000 y anteriormente trabajó en el Insalud. Martínez Aguayo declaró públicamente y ante el tribunal que ella recibió los informes de la Intervención General en la que alertaban de los problemas legales en la concesión de las ayudas y que nunca se los trasladó al entonces consejero al entender que eran simples discrepancias contables que no requerían su actuación. Aguayo llegó a señalar que eran más de 100 informes de Intervención los que pasaban por su mesa y que no se los leía, en contra posiblemente de sus intereses de defensa.
Las penas a las que han sido condenados tanto Griñán como Martínez Aguayo son similares: 6 años y 2 días de prisión, e inhabilitación absoluta por 15 años y dos días.
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