Negro sobre blanco
Equipo de élite
La última película de Alberto Rodríguez, “Modelo 77″, ha llegado con mucha fuerza y se ha colocado entre las tres más vistas
Como era de prever, la última película de Alberto Rodríguez, “Modelo 77″, ha llegado con mucha fuerza y se ha colocado entre las tres más vistas. Su estreno coincidió con “Rainbow”, de Paco León, y con el de la esperadísima serie de televisión “La novia gitana”, de Paco Cabezas, lo que dice mucho del excelente momento de los cineastas andaluces; además, a estos tres títulos hay que añadir el de una de las películas que más gustaron en el Festival de cine de San Sebastián, “La consagración de la primavera”, de Fernando Franco, cuyo estreno es este viernes.
Mucho se ha escrito sobre el talento de Alberto Rodríguez y de su guionista habitual Rafael Cobos, inmerso en la actualidad en la serie “El hijo zurdo”, su primer trabajo como director y protagonizada por dos estupendas actrices andaluzas, María León y Tamara Casellas. Con frecuencia también se ha alabado y reconocido, con el Goya por ejemplo, la labor de algunos integrantes asiduos de su equipo como el productor Gervasio Iglesias, el director de fotografía Alex Catalán, el operador de sonido Dani de Zayas, el montador José M. G. Moyano, el compositor Julio de la Rosa, la maquilladora Yolanda Piña, el director artístico Pepe Domínguez y el diseñador de vestuario Fernando García; muchos de ellos junto a él desde sus primeros pasos en el cine. Un caso muy especial es el de Manuela Ocón, que comenzó como ayudante de producción en el primer largometraje, “El factor Pilgrim”, con el tiempo ascendió a directora de producción de casi todos sus trabajos y, finalmente, como productora ejecutiva de “Modelo 77″.
Pero además de ellos hay otro notable grupo de profesionales habituales en sus películas con una labor fundamental y de los que apenas se habla. Es el caso del jefe de producción Paco Almazo, mano derecha de Ocón; el excelente fotógrafo Julio Vergne, autor de la imagen que ilustra este artículo; la directora de arte Gigia Pellegrini, que suma su talento al del citado Pepe Domínguez; las directoras de casting Eva Leira y Yolanda Serrano, responsables en buena parte de los excelentes repartos que acompañan siempre a los actores protagonistas; los localizadores y ayudantes de producción Nieves González y Mario Álvarez, que demuestran su tino a la hora de buscar el lugar idóneo para rodar cada secuencia (como en los innumerables emplazamientos que requirió “La Peste”); el ayudante de dirección Adán Barajas, cuyo rol es fundamental para que se lleve a cabo con precisión el plan de trabajo además de ser la mano derecha de Alberto, tener la película en la cabeza y ser la máxima autoridad en el set de rodaje. A estos nombres hay que añadir el de Juan Ventura, tres veces nominado al Goya por su trabajo como supervisor de efectos visuales y que realizó un extraordinario trabajo en “La Peste”. Un caso bien excepcional es el de Paco R. Baños, director con una filmografía injustamente corta por la calidad y sensibilidad que desprenden sus películas; asume funciones de director de 2ª unidad en las realizadas por Alberto Rodríguez, así como la dirección de capítulos de “La Peste”. Precisamente fue esta serie la causante de que algunos de ellos emprendieran un rumbo diferente para no perder la oportunidad de trabajar con otros grandes cineastas como Carlos Vermut, Iciar Bollaín, Javier Fesser y Fernando León, entre otros, y seguir siendo en su conjunto un equipo de élite, no exclusivo ya de Alberto Rodríguez, sino de lo mejor del cine español.
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