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Teresa Rodríguez sobrevive a la guerra cainita de las izquierdas
Adelante Andalucía obtiene dos diputados tras la separación de Podemos e Izquierda Unida
«El antílope no necesita ser más rápido que el depredador para sobrevivir. Le basta con correr más que los otros antílopes», reza un proverbio africano. Teresa Rodríguez ha sobrevivido en su tercera candidatura como candidata a la Junta. Adelante Andalucía, tras el «Terexit» y la salida abrupta/expulsión de la coalición con Podemos e Izquierda Unida, consigue dos escaños, algo menos que la mitad que sus ex compañeros de Por Andalucía. Las elecciones andaluzas dejan a las izquierdas más fragmentadas cuando juntas se habrían acercado al resultado de Vox. Con el 99,08% escrutado, Adelante Andalucía obtuvo dos diputados con 166.820 votos. La representación proviene de las provincias de Sevilla y Cádiz, por lo que además de Rodríguez el otro diputado de Adelante será Isabel Mora.
Teresa Rodríguez defendió su liderazgo «sin tutelas» en referencia a la influencia de Podemos en IU en Andalucía. La líder anticapitalista defendió su resultado como contraposición a Vox, maquillando el resultado y presentándose como garantía de freno a la ultraderecha, cuando ha sido la mayoría popular de Juanma Moreno el auténtico dique de contención. «No hay que tenerles miedo», señaló en relación a Vox Teresa Rodríguez, citando a los colectivos LGTBi y la violencia machista. La líder de izquierdas habló de «encender la luz y disipar los monstruos».
Teresa Rodríguez apuntó a «una nueva izquierda andalucista» para una «tierra soberana» que quiere «tener voz propia como otros territorios» y defender sus «legítimas reivindicaciones».
«Estábamos en la UVI –apuntó Rodríguez con reminiscencia a los discursos de Lopera en el Betis–, nos habían echado a 11 diputados, y sufrimos año y medio de apartheid político», censuró sobre la otra coalición de izquierdas, a la que acusó de tejer una estrategia para «arreglar lo del sur desde Madrid». Teresa Rodríguez lamentó que la quisieron dejar en la campaña «sin recursos, sin voz, sin posibilidades». Rodríguez llevó su acusación al punto de asegurar que Por Andalucía se preocupó más de frenarla a ella que «enfrentar a la extrema derecha». «Que hagan examen de conciencia», señaló la líder de Adelante Andalucía, que insistió en la alianza «para dejarnos fuera».
Teresa Rodríguez habló de «un nuevo periodo para entendernos desde nuestro propio espacio» siempre sin «renunciar a defender los intereses de Andalucía» porque «nos echaron porque no queremos ser Delegación del Gobierno de Sánchez» ni renunciar a nuestro acento». Rodríguez abundó en una campaña «con una mano atada a la espalda, sin recursos económicos» y se presentó como «una voz fuerte frente a la extrema derecha».
«La Pasionaria» roteña destacó durante los debates electorales y aprovechó la disgregación de la otra coalición de izquierdas para hacerse fuerte ante el electorado. Teresa Rodríguez puso su rostro en la papeleta y realizó vídeos explicando cómo votarla, mientras que en relación a Por Andalucía muchos ciudadanos desconocían incluso qué papeleta había que coger o buscaban a Podemos, que ni siquiera aparecía tal cual en la unión de siglas por el retraso al entregar la documentación.
Victoria moral en el galimatías de las izquierdas
Las izquierdas en Andalucía componen una suerte de muñeca rusa compuesta por múltiples actores. Contando al PSOE-A , había cuatro listas, tres confluencias, cerca de una veintena de partidos -18- e incontables agrupaciones. El último barómetro del Centro de Estudios Andaluces otorgaba a las izquierdas unos diez escaños y apenas el 9% de los sufragios. Finalmente, Por Andalucía se quedó en cinco y Teresa Rodríguez en dos. La atomización del voto de izquierda también favoreció a Moreno.
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