En el mundo de la numismática, el coleccionismo de monedas y otros medios de cambio similares, algunas monedas adquieren un valor excepcional por las particularidades con las que están acuñadas que las hacen únicas.

Entre los coleccionistas, estas piezas tienen un atractivo especial que les lleva a pagar un precio mucho mayor que su valor nominal.

Ejemplo de ello es una moneda de 2 euros que, a pesar de su valor original, puede alcanzar precios de 100 euros o más en los mercados de intercambio.

Esta moneda fue acuñada por Francia en 2008 para conmemorar su presidencia de la Unión Europea durante el segundo semestre de ese año. Sin embargo, no se trata de una edición común de esas monedas que fueron emitidas en masa en aquel momento.

Según el portal especializado Numismáticavisual, hay una variante en particular, poco común y conocida, que posee un valor superior por sus propias características.

Esta versión de la moneda de la presidencia francesa de UE se distingue por su color amarillo, que a primera vista puede parecer menos atractivo que las ediciones estándar, pero que resultó ser un regalo exclusivo que recibieron solamente figuras notables vinculadas a la Presidencia francesa de la UE.

La emisión de esta variante se limitó a tan solo 5.000 unidades y, 15 años más tarde, se puede encontrar en el mercado no por menos de 100 euros.