Futuro

La formación del supercontinente Pangea Última está detrás de los últimos terremotos

Dentro de 250 millones de años emergerá un nuevo continente que formará cadenas montañosas entre África y Europa

Imagen generado por IA del continente que está emergiendo
Imagen generado por IA del continente que está emergiendoLa RazónLa Razón

Hace unos 200 millones de años, el supercontinente Pangea comenzó a dividirse debido al movimiento de las placas tectónicas, dando lugar a la distribución geográfica actual del planeta. Se anticipa que dentro de 250 millones de años, un nuevo supercontinente, conocido como Pangea Última, emergerá en la Tierra. Pero, ¿qué cambios y fenómenos están ocurriendo actualmente en nuestro planeta que nos llevan hacia este futuro inevitable?

Uno de los efectos más notables es la reducción del Mar Mediterráneo, lo que eventualmente conducirá al choque de África con España en millones de años. Este proceso ya está teniendo consecuencias, como terremotos en Marruecos y pequeños sismos en Almería y Granada, todos atribuidos a estos movimientos tectónicos. El cierre del Mediterráneo también afectará a toda la región, y se espera que el mar desaparezca por completo.

Del mismo modo, el cierre del Pacífico está generando actividad volcánica en las costas del océano, creando el conocido anillo de fuego, compuesto por más de 400 volcanes. Esto se debe a que la corteza oceánica se sumerge bajo los continentes, lo que finalmente llevará al cierre completo del océano Pacífico. Además, la península de Baja California se está separando del continente americano debido a movimientos tectónicos naturales.

Estos cambios geológicos tienen repercusiones climáticas significativas, como la influencia en la corriente del Golfo, que lleva agua cálida desde México hacia el norte, afectando el clima en regiones cercanas a Escandinavia y el norte de Inglaterra. Este proceso modifica el clima al enfriar y profundizar las aguas en el océano Ártico, afectando la circulación global de corrientes oceánicas y generando fenómenos climáticos como tornados y gotas frías.

En relación con el clima, también se prevé un deshielo gradual hacia Pangea Última. Aunque ha habido períodos de glaciaciones, históricamente, no ha habido hielo en los polos de manera constante. Estos cambios en los patrones climáticos influirán en la configuración de la Pangea Última.

Además de los cambios sísmicos y climáticos, se esperan cambios en la topografía de la Tierra a medida que las placas tectónicas continúen su movimiento. La colisión de África con Europa formará nuevas cadenas montañosas, similares a los Balcanes, y las latitudes de algunas zonas continentales cambiarán, creando nuevas estructuras orográficas, como los Alpes, que surgieron de la colisión de las placas euroasiáticas y africanas.

En resumen, a medida que avanzamos hacia Pangea Última, continuaremos observando una serie de cambios geológicos, climáticos y topográficos en nuestro planeta. Estos cambios, impulsados por la dinámica de las placas tectónicas y los procesos naturales de la Tierra, nos acercarán inevitablemente a un futuro en el que un nuevo supercontinente dominará la geografía terrestre.