Viajes
Estos son los 15 Parques Nacionales que tenemos en España
Un repaso a los Parques Naturales de nuestro país puede ser una buena manera de afrontar la fase 1 de la desescalada.
Sierra de Guadarrama
Casi 35.000 hectáreas conforman este excelente parque montañoso que ocupa pedazos de Madrid y Segovia. Hogar del buitre negro y el lobo ibérico, además de especies más reconfortantes como gamos y corzos, presenta un buen número de rutas para los apasionados del senderismo, entre los que se encuentran la Calzada Borbónica y una calzada romana. Montañas de roca desnuda moteadas por bosques de pinos son el espectáculo visual más habitual en este parque, y las altas alturas pueden suponer unas pocas horas de frescor durante los meses de calor. Pío Baroja y Antonio Machado pasearon en largas ocasiones esta sierra, buscando la ansiada inspiración para sus obras, tan cercana como está de la capital española.
Cabañeros
Entre las provincias de Ciudad Real y Toledo se extiende este espectacular ejemplo de naturaleza mediterránea. Montañas bajas en la zona de los Montes de Toledo y dehesas amplias permiten dos tipos de paseo, más o menos exigentes para cada uno. Al tratarse de una Zona Especial de Protección para Aves, se trata de un lugar muy especial para el avistamiento de estas maravillosas criaturas. Desde la perdiz roja hasta el elanio azul, pasando por bellezas como el abejaruco europeo, un entendido de aves podría pasar horas paseando los montes sin cansarse. Sería interesante conocer que un buen número de asentamientos datados en la Edad de Bronce han sido hallados en esta zona, es comprensible, es un lugar maravilloso para vivir.
Garajonay
No solo es un Parque Natural en la isla de La Gomera, sino que además forma parte del Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO. Caracterizado por sus bosques de laurisilva, un tipo de vegetación húmeda y frondosa, tiene un 85% de su vegetación en forma del monteverde canario, uno de los árboles más hermosos de nuestro país. Los senderos bajo los árboles, más oscurecidos en contraposición con otros parques naturales, aportan a cada paseo un placer particular, al zambullirnos sin escrúpulos en el verde intenso que colorea este parque. Su naturaleza es estridente, trinan estridentes las aves que pululan entre árboles.
Doñana
El que podría ser uno de los Parques Naturales más conocidos en España, situado entre Sevilla, Huelva y Cádiz, aporta un elemento diferente al resto de grandes parques: el humedal. Marcado por lagunas y marismas, rozando con la punta de los dedos el mar Mediterráneo, también es atravesado por el bonito río Guadalquivir. Esta brutal cantidad de agua permite un desarrollo poco común de la flora en Andalucía. Más de 900 especies de árboles y plantas se liberan entre sus dunas, algunas de las cuales todavía son móviles y muestran al espectador el poder del viento en los terrenos maleables. Lentas se mueven al compás de este viento. Es posible, siguiendo la normativa pertinente, practicar el surfcasting de pesca deportiva en algunos puntos.
Picos de Europa
Devorando pedazos de Asturias, Cantabria y Castilla y León, este parque no se escapa de los favoritos. Sus fuertes montañas situadas tan cerca del Cantábrico otorgan un aspecto sobrecogedor a cualquier visitante. Aquí se concentra uno de los núcleos más duros de la Historia española. Bellezas como la Cueva de Covadonga, empotrada contra la roca desnuda, recuerdan a tiempos más violentos a los de ahora, aunque también más callados y reposados. Por otro lado, su biodiversidad es sorprendente: anfibios, aves, mamíferos, todos ellos en mayor número que cualquier rincón de la península. Y algunas de sus flores son únicas, inexistentes en cualquier otro lugar del mundo.
Ordesa y Monte Perdido
Otro gran parque en nuestra península, en Huesca. Su altitud impide un desarrollo excesivo de la flora pero por otro lado, esa misma altitud barajada con la fuerza de los elementos, permiten formas fantásticas como sacadas de planetas extraños. La Brecha de Rolando es uno de los ejemplos más hermosos. Y sobrevolando estos macizos aparentemente yermos, un observador sagaz verá al poderoso quebrantahuesos, esta bestia alada sin una pizca de compasión por sus víctimas. Y a las víctimas, rebecos y corzos brincando precavidos de no resbalarse en el peor momento. Arriba, en las montañas, la orgullosa aridez que no permite un solo árbol cubrirlas; en los valles, amplios y bondadosos, el agua fluye brotando bosques de hayas, pinos y abetos.
Teide
La montaña más alta de España cuenta con su propio territorio, rodeándola como la muralla a un castillo. En Santa Cruz de Tenerife espera quieto para asombrar a sus visitantes. El ecosistema volcánico que conforma los parques tenrifeños los diferencia del resto de España. Dicen las leyendas guanches que el sol fue encerrado aquí durante una breve temporada, en el Teide, la prisión del sol. Por su ladera y bajo ella, lagartos, erizos y muflones pasean sin preocupaciones. Numerosas películas se han rodado en el parque y no es para poco. Hasta científicos ingleses han acudido hasta aquí para ensañar cómo sería vivir en Marte.
Tablas de Daimiel
Un humedal inmerso en el centro de la península, concretamente en Ciudad Real. Este ecosistema viene dado por ser el punto donde confluye el río Guadiana con su afluente Cigüela, aunque los incendios han hecho peligrar este hermoso lugar. Solo el agua es capaz de frenar los fuegos que llegan, cuando recibe las lluvias suficientes, y mantener a ralla su poder destructor. Un aspecto que cabe a destacar de las Tablas de Daimiel es que se trata del último ecosistema de tablas fluviales en nuestro país, las cuales se forman al desbordarse ciertos ríos en sus tramos medios, gracias a la escasez de pendientes que los contengan. En cuanto a fauna y flora se refiere, el junco es el rey y súbditos son los animales (garzas, bigotudos y una amplia variedad de patos) que revolotean entre ellas. Apenas algunos zorros merodean los alrededores en busca de los más despistados.
Archipiélago de la Cabrera
Este parque ocupa todo el archipiélago de la Cabrera, en las islas Baleares. La que fue cárcel de los soldados franceses durante la guerra de 1808 es ahora un amplio espacio de libertad para numerosas especies endémicas, algunas de las cuales todavía no han llegado a ser catalogadas. Quedan misterios, en la Cabrera. Tortugas marinas cabecean en las partes más cercanas a la costa, y todavía pueden verse, en ocasiones, ejemplares de focas monjes que están de paso. Se trata de un terreno llano, sin apenas mamíferos. La mayoría fueron introducidos por el hombre, como ocurrió con la jineta cuando la sobrepoblación de conejos en el pasado hizo necesario introducirla para proteger los cultivos. Pero uno de sus animales más comunes quizás sean los murciélagos. Alrededor de quince especies habitan en la isla.
Monfragüe
En Cáceres, precioso a los oídos y a la vista. El Tajo y el Tiétar lo atraviesan, jugando a ser cuchillos y la tierra mantequilla, mientras las aves más poderosas de nuestro país observan el juego. Águilas imperiales, buitres leonados y búhos reales encuentran en este rico territorio su campo de caza, al igual que hacen el zorro, el gato montés y la jineta. También se trata de un destino ideal para el astroturismo, debido a la impecable calidad de su cielo. Su nombre procede le la época romana y significa bosque denso. Lo cual es comprensible al pasear libremente las zonas boscosas de encinas y alcornoques, además de amplias extensiones de matorral mediterráneo.
Islas Atlánticas de Galicia
En La Coruña y Pontevedra, dos pequeños archipiélagos y dos hermosas islas hacen pensar al visitante despistado que viajó a un país extraño. Su ecosistema marítimo lo convierte en el mejor parque para descubrir este lado de la naturaleza. Gaviotas, multitud de especies de algas marinas, viento fresco con sabor a sal y moluscos habidos y por haber conforman este parque, rico en vida. Es tristemente conocida la tragedia del Prestige que contaminó de mala manera sus aguas en el año 2002, y desde entonces se han efectuado cuantiosos esfuerzos en recuperar su normalidad.
Sierra Nevada
Granada y Almería se reparten uno de los territorios más históricos de nuestro país. Por aquí trotaron tropas cristianas para rematar la reconquista de la península. Sus altos picos permiten la supervivencia de especies difíciles de encontrar en cualquier otro parque, como podrían ser la cabra montesa y cerca de sesenta especies de flora endémica. Tres jardines botánicos, el Jardín Botánico de la Cortijuela, el Centro Botánico Hoya de Pedraza y el Jardín Botánico de Sierra Nevada se encuentran en el interior del parque y son pequeños reductos de paraíso para los amantes de la flora mediterránea. Su doble faceta, helada en invierno y fresca en verano, permiten la práctica de deportes de temporada, desde el esquí en invierno hasta el senderismo en los meses de verano.
Timanfaya
El mayor parque volcánico de la lista, en Lanzarote. Una terrible erupción volcánica en 1730 transformó radicalmente el aspecto de la isla, tornando su tierra de color oscuro y arrasando la vegetación. La última erupción de uno de sus 25 volcanes ocurrió en 1824, aunque todavía queda cierta actividad volcánica en el interior de algunos. El paisaje del Timanfaya es sobrecogedor, uno de los más impresionantes en nuestro país. Aquí no destacan formas de vida, destaca la gama de colores acres y oscuros. No se muestran los poderes del agua y los árboles en la naturaleza, sino su poder más destructivo, ardiente e imparable. Es un parque natural, dedicado a la naturaleza más colérica de todas. Con ese rastro de hermosura que deja todo lo oscuro.
Caldera de Taburiente
Situado en la isla de La Palma, se caracteriza por el mismo ecosistema volcánico que predomina en toda la isla. Aunque a diferencia del Teide o Timanfaya, este parque se caracteriza por frondosos bosques, cubriendo la práctica totalidad de la isla. El pino canario encontró aquí un cómodo lecho donde descansar, además del amagante. Pero algo cambia en la fauna de la Caldera. No son lobos y cabras nobles quienes habitan este lugar, sino un tipo de criatura más pequeño, más complejo, que son las miles de especies de insectos que pululan de un lado a otro, tropezándose con las ramas y devorándose los unos a los otros. Especialmente peligrosa en este ecosistema a pequeña escala son las conocidas como arañas lobo, un tipo de tarántula europea. Merodean entre las piedra volcánicas en busca de sus presas.
Aiguas Tortas y Lago de San Mauricio
En Cataluña, se extiende a lo largo de 14.119 hectáreas este bello parque, encerrado en los Pirineos. Ríos, glaciares y lagos conforman amplios valles refrescantes a la vista, y también permiten espacios reducidos que se esconden entre montañas. Los climas pueden ser bruscos, con hasta 100 días al año con nevadas y temporadas de verano más calurosas y soleadas. Se trata de una tierra mágica, arrancada de un cuento de hadas para colocarse a disposición de España, y aves como el urogallo le otorgan ese aroma a paraíso. También es uno de los parques favoritos para practicar el senderismo, por sus excelentes rutas y la saciedad de sus paisajes. La ruta más complicada, solo para valientes, recibe el nombre de Carros de fuego. Completarla requiere entre dos y cuatro días, descansando en los diferentes refugios que ofrece la zona.
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