Opinión

Banqueros contra banqueros

La OPA del BBVA sobre el Sabadell va para largo, como advierten las autoridades de la competencia y, también por eso, cada vez tiene menos posibilidades de éxito

El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, interviene durante la Junta General Extraordinaria de Accionistas del BBVA, en el Palacio Euskalduna.
El presidente del BBVA, Carlos Torres VilaIon AlcobaEuropa Press

Ogden Nash (1902-1971), es inevitable recurrir otra vez al poeta satírico norteamericano, irritó a muchos cuando dijo que «los banqueros son exactamente iguales que las demás personas (...), solo que más ricos». Por esa igualdad, los señores del dinero se pelean más o menos de la misma manera y con la misma intensidad que el resto de sus congéneres. La OPA hostil del BBVA sobre el Sabadell no es una excepción. Carlos Torres, presidente del BBVA, por una parte, y Josep Oliú y César González Bueno, presidente y consejero delegado del Sabadell, por otra, son los protagonistas principales de la última contienda bancaria, en la que también hay otros personajes secundarios.

El BBVA lanzó a finales de la primavera, tras unas conversaciones tan breves como infructuosas, una OPA hostil sobre el Sabadell, que el consejo del banco de origen catalán rechazó, entre otras razones porque el precio no parecía suficiente. Comenzó entonces el largo y farragoso camino de una OPA, pendiente de plazos, normativas y autorizaciones varias. La operación ahora está a la espera del visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que preside Cani Fernández y que acaba de decir que la cosa va para largo. Además, también requiere el «nihil obstat» de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que preside Rodrigo Buenaventura, y puede pronunciarse antes o después que la CNMC, aunque es probable que espere a su resolución.

Para más enredo, el Gobierno, siempre dependiente de sus apoyos catalanes, dijo desde el principio que estaba en contra de la operación. El Banco de España, minutos antes del nombramiento de José Luis Escrivá como gobernador, no veía problemas para la operación, lo mismo que el Banco Central Europeo, que preside Christine Lagarde y que lo que de verdad quiere son fusiones transfronterizas.

Los responsables del BBVA y del Sabadell, mientras la CNMC y la CNMV deciden o dilatan su decisión, trabajan para sus intereses, en un entorno de buenos resultados para sus bancos, pero también con cada vez algo más de tensión y nervios en el ambiente.

César González Bueno dio la fusión por «descarrilada» la semana pasada, mientras Pello Belausteguigoitia, responsable del BBVA para España, insiste en que la palabra la tienen los accionistas y no los administradores. Nadie lo duda. El banco Sabadell intenta mimar a sus accionistas con dividendos y unos resultados excelentes. El BBVA ofrece un canje de acciones que, en su día, incluía una prima del 30% sobre la cotización del Sabadell. El mercado ha diluido esa prima casi en su totalidad, aunque Carlos Torres dice que si se retirara la OPA,las acciones del Sabadell caerían. Nada lo garantiza y, además, los accionistas «opables» suelen desear dinero en mano y no «papelitos», acciones, de un valor tan variable como discutible.

Las OPAS, sobre todo las hostiles, las suele cargar el diablo. No hay precedentes en España –y pocos fuera de ella– de que una operación hostil triunfe en el sector financiero. Además, al final, digan lo que digan, siempre hay víctimas. Isidro Fainé, protagonista de tantas fusiones y presidente de la Fundación Caixa, ya en tiempos de la OPA hostil Gas Natural-Endesa, aconsejaba huir de operaciones hostiles. Carlos Torres y el turco Onur Genç, consejero delegado del BBVA, parecen por ahora la parte más débil o quienes lo tienen más complicado. Cometieron errores de bulto iniciales en el planteamiento de la operación y cada día que pasa están más lejos de su objetivo. Ahora, todo indica que los accionistas del Sabadell, si se aprobara la OPA, tanto los institucionales como los minoritarios particulares, aunque tengan motivaciones diferentes, querrían una oferta mucho más elevada y en dinero contante y sonante. No está, ni mucho menos claro, que el BBVA pudiera hacerlo, aunque siempre es una carta que puede mantener oculta hasta el final. Por otra parte, la decisión de las autoridades de la competencia, que pueden poner condiciones a la operación, podría ser incluso una salida medio airosa para Torres y Genç, con el argumento que en esas circunstancias el proyecto planteado deja de tener sentido.

La bondad o no de una fusión BBVA-Sabadell es otro asunto, se quiera aceptar o no. Podría tener tanto ventajas como inconvenientes, pero al no plantearse como una operación pactada se convierte, como casi siempre, en una cuestión de poder y, sobre todo, de dinero puesto encima de la mesa. Nada nuevo, porque, son más ricos, pero los banqueros no dejan de ser iguales que las demás personas, como ya explicó, a pesar de sus críticos, Odgen Nash. Banqueros contra banqueros.

La revisión al alza del PIB del INE mejora el ratio de deuda, pero no reduce su valor

El Instituto Nacional de Estadística (INE), que preside Elena Manzaneda, ha vuelto a revisar los datos de la Contabilidad Nacional y ha modificado al alza el crecimiento de la economía española de los años 2020 al 2023, que habría cerrado el ejercicio con un PIB de 1,5 billones de euros. Por efecto estadística, el porcentaje de deuda queda reducido de forma automática, aunque el valor efectivo, ahora superior a los 1,6 billones, se mantiene y ha crecido en los últimos meses.

Bolsas disparadas y precaución tras las rebajas de la Reserva Federal

La Reserva Federal estadounidense (FED), que preside Jerome Powell, rebajó el precio del dinero medio punto, algo poco habitual, ya que las reducciones suelen ser de cuarto de punto en cuarto de punto. Aunque estaba previsto, las bolsas acogieron con máximos el recorte de tipos de interés que vendrá acompañado de nuevas bajadas, aunque quizá tarden un poco. Los expertos, no obstante, advierten sobre vaivenes bursátiles importantes en los próximos meses.