Feria de Bilbao
Urdiales confirma su alternativa de manera sobria y elegante
Por su parte, el mexicano Fermín Rivera cortó un apéndice y su paisano «Armillita IV» se fue de vacío
El mexicano Fermín Rivera cortó una merecida oreja en la cuarta corrida de la temporada en la Monumental Plaza México y su paisano Fermín Espinosa «Armillita IV» se fue de vacío. El riojano Diego Urdiales cayó de pie, enseñó lo buen torero que es, se mantuvo sobrio y elegante y por fallos con el acero se esfumaron los trofeos, en el día de su confirmación de alternativa después que ser el encargado de sustituir al lesionado Enrique Ponce.
Con un cuarto de entrada y alrededor de diez mil personas se lidió un toro, magnífico para rejones, de Fernando de la Mora y seis de Bernaldo de Quiróz, muy bien presentados.
El rejoneador Alejandro Zendeja, que logró un billete de la lotería, dejó ir la oportunidad. A pesar de que le tocó el toro de Fernando de la Mora, con clase, bravo y con templanza, no estuvo a la altura, pues no tuvo puntería y lo mató de un feo rejón de muerte. Se silenció su labor.
Por su parte, Diego Urdiales dejó una grata impresión de sus cualidades. Al astado de la confirmación lo toreó con nota, ya que su trasteo reunió elegancia, sobriedad y toreó sin chabacanerías, con la gente entregada. Pero fue una pena, ya que mató de media estocada desprendida y descabello en cuatro ocasiones. Pese a ello, la gente le ovacionó con fuerza y le hizo dar una vuelta al ruedo.
Con el cuarto toro, que se vino a menos y se rajó al final, siguió en el mismo plan, con destellos de indudable calidad para ser ovacionado. Buen torero.
Fermín Rivera, con el segundo, al que le faltó castigo, llegó áspero, a pesar de que se mostró con deseos, aunque sin llegarle a la gente. Mató de estocada y cinco descabellos con aviso, silencio.
Se superó en el quinto, al que le elaboró una faena con la buena clase que reúne hasta convencer a la gente. Dio un pinchazo y estocada y recibió una oreja, que le valió algunas protestas que fueron acalladas. Este torero camina.
Su paisano, «Armillita IV», sin suerte, dejó la impresión que pudo haber hecho más a su lote, integrado por el tercero y el sexto. En ambas lidias tuvo destellos, pues tiene técnica y no mala clase. Sin embargo le falta rodaje y un poco de experiencia. No convenció al público que el pitó en ambos ejemplares, en el primero con un aviso. De los toreros de plata se lució en banderillas Héctor García en el tercero de la lidia ordinaria.
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