Toros
«El toro no era fácil, pero me puse como si fuese el mejor»
Habla Javier Jiménez tras la grave cornada que sufrió el pasado viernes en la Monumental de Las Ventas
Javier Jiménez llegó a Las Ventas con el aval de su Puerta Grande de agosto. Aquella salida a hombros puso el listón alto para las próximas comparecencias. «Madrid te obliga a entregarte al máximo, y más cuando te has sentido muy acogido y has podido conectar con su afición», comenta. Pero llegó San Isidro y esa entrega le pasó factura. «El toro no era fácil, pero me puse como si fuese el mejor del mundo. Había que estar ahí y yo estuve», habla Javier del astado que le corneó el pasado viernes. Fue el último de las dos tardes en las que se anunciaba, y al final de su lidia, cuando ya estaba todo finiquitado, un derrote le infirió una cornada con dos trayectorias (15 y 20 cm) en el muslo derecho. «El toro embestía muy fuerte, soltando la cara todo el rato, era muy enrazado y tenía que dominarlo constantemente con la muleta, pero en una ráfaga de aire, donde la muleta no puedes controlarla, me alcanzó. Fue todo muy rápido, un golpe seco», nos analiza en primera persona. Pero 72 horas después, «me encuentro muy bien, ya estoy andando por los pasillos del hospital, no tengo fiebre y prácticamente me encuentro sin dolor. Estoy a la espera de que a lo largo del día de hoy me quiten los drenajes y pueda marcharme a casa», nos dice con voz alegre y optimista de poder comenzar pronto la rehabilitación y reaparecer el próximo 4 de junio en Nimes. «Ese es mi objetivo, estoy con la moral muy alta por recuperarme pronto, pero las cornadas hay que verlas día a día para saber cómo evolucionan».
Antes del percance, Javier Jiménez estuvo anunciado con la de La Quinta, en la primera de abono. «Tras la puerta grande podía haber pedido otra ganadería de otro encaste, pero cuando vi que se anunciaba ésta de encaste Santa Coloma, le trasladé a Simón Casas mi intención de matarla y tener este gesto con Madrid», nos confiesa. Pero aquella tarde tampoco fue fácil, «más bien dura, todo parecía estar a la contra. Pero luego salió mi segundo toro y por el pitón izquierdo, éste fue muy bien a la muleta. Pude volver a sentir los olés rotundos de Madrid. Pero... la espada», se lamenta. Aún así el balance de sus dos compromisos es positivo: «Aunque en mi situación uno necesita el triunfo rotundo para organizarse una temporada, me voy muy orgulloso de la feria porque he apostado y he dado lo mejor de mí».
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