Estreno
¿Se puede ser resiliente ante una vida traumática?
Pocos thrillers captan la atención y transmiten tanta tensión en tan poco tiempo como “Las flores perdidas de Alice Hart”
La exuberancia de los paisajes australianos, un tratamiento musical delicado e intenso a la vez, una familia feliz que vive en el campo, alejada de cualquier amenaza y la promesa de que, en algún momento, veremos a Sigourney Weaver en la pantalla es el punto de partida de “Las flores perdidas de Alice Hart”. Viéndolo así… ¿Qué puede salir mal? Sin embargo, bastan pocos minutos para que aquella intensidad musical empiece a sugerir tensión en medio de la calma y algunas frases de los diálogos iniciales nos indiquen que no todo es tan bonito como se ve, son como migas de pan que conviene ir recogiendo para poder llegar al final del camino y conseguir armar el puzle que rápidamente se planteará desconcertante ante nosotros.
Esas son las primeras sensaciones que nos deja la serie que hoy estrena Prime Video en exclusiva y que cada viernes nos entregará nuevos capítulos hasta el final de temporada, el 1 de septiembre.
Quienes hemos tenido oportunidad de leer la primera novela de Holly Ringland entendemos perfectamente por qué “Las flores perdidas de Alice Hart” se convirtió en bestseller internacional y ganó el prestigioso premio ABIA al mejor libro de 2019 en la categoría de ficción y, seguramente, somos los mismos que esperábamos ansiosos las primeras imágenes de la serie en cuanto se conoció que Amazon Studios se había hecho con los derechos para producir la adaptación del libro a la pantalla en compañía de Made Up Stories y Fifth Season, además de la producción ejecutiva de Jodi Matterson, Bruna Papandrea y Steve Hutensky, de Made Up Stories, en conjunto con la misma Sigourney Weaver, que además interpreta el papel de June Hart, Sarah Lambert, quien también es la showrunner de la producción, y Glendyn Ivin, que dirige magistralmente los siete episodios.
La historia comienza cuando Alice, de 9 años, pierde a su padre maltratador y a su madre embarazada tras un misterioso incendio y se ve obligada a crecer con su abuela paterna, June (Sigourney Weaver), quien dirige la granja Thornfield, una plantación de flores en la que acoge a mujeres que atraviesan circunstancias complicadas, donde también convive con Twig North (Leah Purcell) y Candy Blue (Frankie Adams). Lejos el ambiente familiar que hubiese querido, Alice tiene que aprender a vivir con sus traumas, sus fantasías con el fuego y aquella historia del fénix que le marcaron desde muy pequeña, con una frase que resuena varias veces: “Cada día es una oportunidad de empezar de nuevo”. En ese entorno, Alice aprende el lenguaje de las flores autóctonas, que prácticamente se convierten en un personaje, y va creciendo al tiempo que descubre secretos sobre su pasado, su familia y tiene que levantarse, nuevamente, tras una dolorosa traición.
El camino de Alice, interpretada en su fase adulta por Alycia Debnam-Carey, resulta tan apasionante y conmovedor como adictivo, pues es difícil separarse de la pantalla, tanto por la intensidad, los giros y el deseo de conocer a dónde nos lleva la historia, como por la brillante fotografía, que te sumerge rápidamente en el tono de la narración con un acertado manejo de la luz y el color, en medio de un escenario natural tan deslumbrante como el australiano.
Si a esto le añadimos el talento desplegado por el reparto, completado por Asher Keddie en el papel de Sally Morgan, así como Alexander England (“Cómo satisfacer a una mujer”), Charlie Vickers (“El Señor de Los Anillos: Los Anillos de Poder”), Tilda Cobham-Hervey (“I Am Woman”), Sebastián Zurita (“Cómo Sobrevivir Soltero”), Alyla Browne (“Nine Perfect Strangers”), y Xavier Samuel (“Elvis”) el resultado no es otra cosa que una serie que nos atrapará desde el minuto uno. Advertidos quedan.
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