Estreno

«La nave del encanto»: Pedro Alonso y la teoría del desnudo integral

El documental, que hoy estrena Netflix, explora el alma, la naturaleza y los rituales ancestrales desde una perspectiva inmersiva

«La nave del encanto»: Pedro Alonso y la teoría del desnudo integral
«La nave del encanto»: Pedro Alonso y la teoría del desnudo integral Netflix

Recuerdo, hace un tiempo, hablando con Pedro Alonso en plena vorágine de promoción de «Berlín», que me dijo que si algo le había dado este personaje era la libertad de asumir sus propios proyectos creativos con total tranquilidad. Pues bien, hoy vemos el primero de ellos, una miniserie documental que Netflix estrena bajo el título «En la nave del encanto». Dividida en tres episodios, esta propuesta nos lleva al corazón del México más profundo, donde Alonso se sumerge en rituales ancestrales y tradiciones chamánicas, guiado por el único deseo de abrir nuevas vías hacia el conocimiento más básico, el de nosotros y nuestro entorno.

Este no es un documental tradicional, sino una experiencia íntima y visceral. Desde el primer momento, Pedro nos invita a vivir su viaje como si fuera el nuestro. Su voz pausada nos acompaña a través de momentos de vértigo, miedo y liberación, mientras explora la espiritualidad ligada al uso de medicinas tradicionales. Más allá de un simple registro visual, el espectador siente cada ceremonia, cada espasmo y cada lágrima como propias. Esa cercanía transforma lo que podría ser un relato lejano en una experiencia profundamente inmersiva y personal.

Durante toda esta aventura, hay dos frases que cada vez cobran más sentido. La primera, «Más que en encontrar el tesoro, el secreto está en recuperar el mapa», encapsula la esencia del viaje: no se trata del destino, sino del proceso de reconexión con nuestra propia brújula interna. La segunda, «No hay verdadera emoción sin riesgo», resalta la importancia de enfrentar lo desconocido. En cada ritual, Pedro se expone a una mezcla de incertidumbre y vulnerabilidad, mostrando que solo al abrazar nuestros miedos es posible alcanzar una verdadera transformación. Ambos conceptos subyacen en cada escena y son los motores que impulsan este valiente periplo.

Aunque Alonso es el epicentro del proyecto, la dirección de Enrique Baró merece un reconocimiento aparte. Con una fotografía que captura la majestuosidad del paisaje mexicano, Baró consigue que cada plano no solo respire autenticidad y belleza, sino que estas imágenes den sentido al laberinto filosófico y emocional que atraviesa Alonso cuando su palabra se pierde. Además, la banda sonora, con temas de artistas como The Maharajas y Russian Red, refuerza la sensación de estar inmersos en un mundo mágico, a medio camino entre lo terrenal y lo trascendental.

Lo más valioso de este documental es cómo combina la curiosidad con el respeto, dos elementos esenciales para derribar prejuicios. Lejos de imponer verdades absolutas, Pedro propone escuchar sin juicios y aprender de lo que nos rodea, incluso de aquello que inicialmente pueda incomodarnos. Es un ejercicio de apertura y de construcción de un filtro personal que permite retener lo realmente valioso. Este enfoque convierte al documental en un canto a la introspección, la conexión con la naturaleza y la búsqueda de respuestas en un mundo que a menudo nos desconecta de lo esencial.

El viaje no está exento de tensiones y desafíos. Desde las tensas negociaciones para participar en ciertos rituales hasta momentos de vulnerabilidad extrema, Pedro afronta cada situación con una honestidad abrumadora. Pero el verdadero poder de esta experiencia radica en la humanidad compartida entre él y las personas que conoce en el camino. Sus interlocutores, con sus historias y perspectivas, enriquecen el relato y muestran que, a pesar de las diferencias culturales, las emociones y necesidades humanas son universales.

«En la nave del encanto»no busca adoctrinar ni imponer modelos de vida, sino abrir una conversación honesta sobre cómo enfrentar problemas tan comunes como la ansiedad, la falta de autoestima o la desconexión. Pedro Alonso nos recuerda que, aunque la vida moderna nos empuje a un ritmo frenético, siempre hay espacio para la introspección y la búsqueda de equilibrio. Con este documental, Netflix ofrece mucho más que entretenimiento: nos da una oportunidad para reflexionar y explorar caminos menos transitados, pero quizás más auténticos.

Al final de los 164 minutos, queda una sensación de transformación. Alonso y su equipo nos regalan no solo una historia, sino una vivencia que, si nos dejamos llevar, puede cambiar nuestra manera de mirar el mundo. No se trata de una película sobre una experiencia particular, es la experiencia en sí, cruda, real, desnuda... necesaria.