Estreno
Berto Romero sabe dar miedo
Movistar Plus+ estrena hoy la serie «El Otro lado», creada por el cómico, con cambio
de registro hacia el terror con tintes de humor, y acompañado de Andreu Buenafuente
El miedo que se pasa viendo la nueva serie original de terror de Movistar Plus+ «El otro lado», es proporcional a la sorpresa que produce saber que su creador y actor principal es Berto Romero. El hasta ahora cómico y actor de comedia ya nos había sorprendido con «Mira lo que has hecho», serie que abandonaba el reducto seguro de la autoficción para hablar de otros temas. Ahora con un cambio de registro total, Romero da forma a algo que creó en la pandemia, fruto de una época oscura. Completan el reparto Eva Ugarte, Nacho Vigalondo, María Botto y Andreu Buenafuente, entre otros muchos.
La primera escena ya nos dice que pocas bromas. Un periodista de lo oculto, Nacho Nieto, se asoma desnudo en su bañera con su perilla «Jiménez del Oso» y ensaya su muerte cortándose las venas. Rápidamente empatizamos con este personaje triste, apartado de la fama y que, tras un intento de suicidio, vuelve acompañado del que fue su mentor, el doctor Estrada (Buenafuente), muerto hace 20 años. Pero llega la oportunidad de darle en los morros a su antiguo compañero, ahora triunfando en televisión, con un caso poltergeist en un piso del extrarradio de Barcelona, en la calle Cardenal Cardona, quizás el caso paranormal más importante de los últimos años Quisimos saber cómo llega un tipo con perilla y convence a Eva Estrada, María Botto y Andreu Buenafuente. «Justo después de la pandemia, cuando nos dejaban salir, Berto me dijo ‘oye, se me está ocurriendo esto’», nos confiesa Eva Ugarte, actriz que ya tenía contacto previo con tres temporadas junto al cómico en «Mira que has hecho», pero que «se tenía como un poco la duda, el susto, de si nosotros íbamos a funcionar en otro formato». Llegado el momento se apuntó al casting «y me preparé algo muy diferente para que nadie viese a Sandra y a Berto». En el caso de Buenafuente fue casi a traición: «Estábamos en televisión todavía con el programa y una tarde, en el camerino me dice «mira, hay esto, tal. La verdad no daba crédito, porque además él tiene su carrera de series y tal, y yo tenía mis programas, y como que no estaba en mi radar. Me insiste y me quedo bastante noqueado. Me leo el guión, y por respeto al amigo y al compañero, tardaba un poco el responderle. Me dice ¿qué pasa, que no te gusta? Como me conoce tanto me dice ‘tú confía en mí, que esto va a ir bien. Y ya pues me relajé». En el caso de María Botto, fue casi una sorpresa de Javier Caldera: «Me mandaron los dos primeros guiones y organizaron una reunión con Berto. Llegué y nos pusimos a hablar de videojuegos, Y cuando estábamos así, terminando, me dice, oye, que el papel es tuyo. Hubiera hecho lo que me hubieran pedido. Y me pidieron hacer la serie».
Al espectador le sorprenderá sobremanera el nivel de terror que puede llegar a acumular la serie, que no puede evitar caer a veces en la comicidad ya sea por los comentarios misóginos del fantasma coñón de Buenafuente o las situaciones surrealistas alrededor del espectáculo que genera todo lo paranormal con las cadenas pegándose por ver cuál es la que consigue caer más bajo. Sorprendentemente no hay burla de lo paranormal, si no un respeto silencioso. Los intérpretes ponen en un pedestal el trabajo de construcción de los personajes y guiones. En el caso de María Botto, es el primer personaje qu eno s pone en el terreno del terror con su actuación: «He seguido mucho a Javier Ruiz Caldera y a Alberto de Toro, y había algo muy realista cuando estábamos trabajando; algo costumbrista, del día a día. Y me ha pasado en la serie algo que me gusta que me pase: que me creía lo que estaba pasando. Todo era tan dramático y estaba tan bien puesto por Ruiz Caldera y Alberto de Toro, que lo único que he tenido que hacer yo es creerme que me estaba pasando». Buenafuente acusa de su éxito a los compañeros, «eso es lo que le pasa al actor: te ayudan porque tú haces algo, dibujas un personaje, que el físico le da mucho y tal, y te quitan las gafas, y vi que la gente decía ‘‘lo tenemos’’. Y yo pensaba, ¿qué tenemos?». Reconoce que su personaje «es absolutamente incorrecto, y aquí, por ejemplo, estamos bordando la cancelación. Y creo que es muy interesante destacar la calidad del guión, que permite que tú toleres a ese hombre». Eva Ugarte por su parte explica que «cuando la partitura está clara, está muy bien escrito y no hay nada de relleno ni de posible confusión. O sea, Juana es un personaje que cuando aparece siempre le pasa algo o pasa algo, siempre tiene una acción clara».
La serie se colará por la puerta principal de los espectadores, absortos todavía en ver a Berto en un papel tan oscuro y tan crudo, pero que esconde desde referencias fílmicas a temas actuales.
Una serie con tópicos del género pero sin maldición
►Al igual que en cualquier película del género, les preguntamos a los actores y a Berto Romero por una posible maldición durante el rodaje. Todos niegan categóricamente su existencia. Ni un foco que se cae, ni una luz que se apaga misteriosamente, aunque Andreu Buenafuente recuerda una escena cumbre: «Recuerdo que cuando se rueda el ‘chorrazo’ contra el chaval, ahí se nos heló la sangre , pero él se levantó y dijo ‘estoy bien’». María Botto lo rememora con temor: «En esa secuencia sí que pensé, cuando le vi chocar contra la pared, «está ko. Pensé que estaba en coma, pero no».
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