Estreno
Un asesinato sacude “Paradise”
Disney+ presenta una serie de alto voltaje que combina política, misterio y emociones, liderada por Sterling K. Brown, James Marsden y Julianne Nicholson
Las pequeñas comunidades siempre parecen esconder algo. En este caso, Paradise, una ciudad luminosa, tranquila y tecnológica, esconde más secretos de los que sus habitantes estarían dispuestos a admitir. Lo que comienza como la muerte de un expresidente, encontrado en el suelo de su dormitorio, termina siendo el detonante de una trama que mezcla política, relaciones humanas y, por supuesto, un toque de conspiración.
En este entorno, Xavier Collins, jefe de seguridad del fallecido expresidente Cal Bradford, no solo carga con la responsabilidad de mantener la calma entre los habitantes de la ciudad, sino que también enfrenta una acusación implícita: fue el último en ver a Bradford con vida. Y como la vida no suele dar tregua, este hombre disciplinado, pero emocionalmente marcado, se ve empujado a investigar por su cuenta, mientras el mundo que ha construido para sus dos hijos comienza a tambalearse. Así es “Paradise”, la nueva serie que estrena hoy Disney+.
Sterling K. Brown, quien interpreta a Xavier, logra que el espectador conecte con un personaje que podría haberse sentido frío y distante. Con esa facilidad suya para mostrar emociones contenidas, Brown da vida a un hombre que transita entre la dureza de su trabajo y la vulnerabilidad de su vida personal. Junto a él, James Marsden, como el expresidente Cal Bradford, encuentra un equilibrio fascinante entre carisma y fallos humanos, representando a un líder que, bajo su encanto sureño, esconde una fragilidad que se desvela poco a poco.
Entre ellos se encuentra Samantha Redmond, interpretada por Julianne Nicholson, una figura de poder con un aura de misterio que solo se refuerza a medida que se conoce más sobre su pasado. Samantha, apodada “Sinatra”, maneja las riendas de los acontecimientos en Paradise con la precisión de alguien que entiende los hilos del poder, pero sus motivaciones son tan intrigantes como inquietantes.
La ciudad de Paradise, con sus canales y su tecnología avanzada, tiene un diseño que coquetea entre lo utópico y lo perturbador. Este escenario cuidadosamente construido es tan limpio que parece esconder algo en sus rincones, una calma que termina resultando sospechosa. Aunque algunos detalles de su funcionamiento no se exploran a profundidad, logra transmitir una sensación de que, detrás de todo, hay algo fuera de lugar.
Dan Fogelman, creador de “This Is Us”, aplica aquí su conocido recurso de los saltos temporales. Las historias del pasado no solo dan contexto a las acciones presentes, sino que también exploran las relaciones entre los personajes. Esto permite que Cal Bradford, a pesar de su muerte temprana, siga teniendo una presencia constante en la trama, mientras se desentrañan los secretos que lo conectan con Xavier y Samantha.
En ese ir y venir entre tiempos, la serie logra mantener un ritmo que no depende tanto de sorpresas, sino del desarrollo emocional de sus protagonistas, haciéndola más humana de lo que la trama inicialmente plantea. De hecho, los giros no están diseñados para buscar una reacción inmediata, sino para que el espectador pueda unir las piezas poco a poco. Sin embargo, algunas subtramas, como el romance adolescente entre Presley, la hija de Xavier, y el hijo de Bradford, se sienten algo más dispersas y parecen ser hilos que puedan tejer las redes de futuras temporadas.
El elenco secundario, sin embargo, sí añade interés y peso a la narrativa. Jon Beavers, como Billy, un agente ambiguo que acompaña a Xavier en momentos clave, equilibra sus momentos de lealtad y misterio con soltura. Por otro lado, Sarah Shahi, quien interpreta a la terapeuta Gabriel Torabi, tiene un papel algo más limitado, aunque ofrece algunas escenas que añaden tensión e intriga.
En lo técnico, la serie destaca con una fotografía que refleja perfectamente las emociones de sus personajes. Los tonos cálidos dominan en los momentos íntimos, mientras que los espacios de poder se representan con una fría limpieza que resulta casi aséptica. La banda sonora, que incluye versiones contemporáneas de clásicos como “Eye of the Tiger” y “Another Day in Paradise”, refuerza los momentos más introspectivos, aunque algunas elecciones musicales pueden sentirse algo innecesarias.
No obstante, el conjunto resulta deliciosamente intenso, y la historia bien merece pillar la manta, una buena ración de palomitas y refrescos para ponerse delante de la tele en este invierno para comerse los siete capítulos de “Paradise” del tirón, aunque Disney+ haya dispuesto los tres primeros para hoy y los demás, uno a uno, cada martes siguiente. Vale la pena.
Nicholson, la gran revelación de “Paradise”
Julianne Nicholson, como Samantha Redmond, también llamado «Sinatra», ofrece una actuación impecable en «Paradise». Su personaje, una mujer influyente pero marcada por un pasado trágico, combina fuerza y vulnerabilidad. Con cada flashback, Nicholson dota a Samantha de una profundidad emocional que va más allá de los estereotipos de villanos. Su capacidad para alternar entre la implacable frialdad calculada y la desesperación humana eleva a «Paradise», convirtiendo a Redmond en una de las figuras más memorables de esta temporada. Un recordatorio de que los personajes complejos son el alma de una buena historia.
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