Polémica
Condiciones similares a "Mortadelo y Filemón" para combatir contra ETA
"Salvado" puso cara y voz de cuatro ex escoltas en el País Vasco durante los años 90 en plena lucha armada con el terrorismo vasco, denunciando alguna de sus condiciones
"Salvados" puso en el foco anoche en su segundo programa de la temporada las condiciones, a veces cómicas, en las que trabajaron Francisco, Richard, Manuel y Aitor como escoltas durante los años noventa, en plena lucha armada contra el terrorismo vasco de ETA. Algunas de las condiciones en las que realizaron sus funciones despertaron incredulidad al conductor del espacio dominical de laSexta, Gonzo. Más parecidos a la historieta de Frascico Ibañez, "Mortadelo y Filemón", que a lo que él pensaba que sería este trabajo tan arriesgado como peligroso.
Condiciones mejorables
A mediados de los años 90, el Estado español no contaba con suficientes policías para proteger a todas las personas amenazadas por ETA, lo que llevó a la contratación de 3.000 escoltas privadas en Euskadi. Estos escoltas, con una formación mínima, debían asumir una responsabilidad enorme, tal como uno de ellos confesó: "Un examen tipo test y un ejercicio de tiro, que suspendí". A pesar de sus limitaciones, trabajaban bajo condiciones extremas y a menudo eran tratados como empleados domésticos por aquellos a quienes debían proteger. "Creían que éramos su chófer o servicio doméstico", explicó Manuel Jiménez, uno de los exescoltas entrevistados. Según Jiménez, algunos escoltados les exigían tareas como abrirles la puerta del coche o llevarles la bolsa de la compra. Esta situación, además de sus largas jornadas laborales, que podían alcanzar las 400 horas mensuales, añadía una carga adicional a su ya peligrosa misión de proteger a personas bajo amenaza de muerte.
Las irregularidades no se limitaban al trato de los protegidos, sino también a la falta de recursos adecuados por parte de las empresas de seguridad. En una ocasión, las armas no llegaron a tiempo desde Madrid, lo que obligó a los escoltas a usar armas de juguete para simular estar armados. "Hay cosas que cuentas que son de Mortadelo y Filemón", reaccionó incrédulo el presentador Gonzo al escuchar estas historias. Los escoltas también denunciaron la indiferencia de las empresas hacia su seguridad, afirmando que "les interesaba más el dinero que la protección de la gente". Además, algunos defendidos ponían en peligro su propia vida y la de sus escoltas al entrar en lugares controlados por simpatizantes de ETA, como las txosnas. Manuel Jiménez recordó que, en una ocasión, tras múltiples advertencias, incluso un ertzaina comentó: "Dejad que lo maten ya de una vez, pero no llamarme más", espetó finalmente Manuel.
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