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Joaquín Sánchez desvela en “El Hormiguero” qué es lo que peor lleva de su mujer

La pareja acudió al programa para presentar “La penúltima y me voy”

Joaquín y Susana Saborido, en El Hormiguero 7 Y Acción

Joaquín Sánchez y su mujer Susana Saborido acudieron a "El Hormiguero 3.0" de Antena 3 para presentar el documental que ha sido todo un éxito en esta cadena y que emite el próximo capítulo este jueves “La penúltima y me voy”. La serie muestra el lado más íntima del jugador del Betis, que ya triunfó en Atresmedia con "Joaquín, en Novato".

La pareja contó a Pablo Motos nada comenzar la entrevista que en el documental no hay nada de postureo. “Postureo ninguno. Nosotros no sabemos hacer esto. Todo es verdad como la vida misma”, contó Susana. “Hay muchas cosas que al final no se van a poder ver, pero es lo que tiene hacer un documental de verdad. Yo lo dije siempre, que quería hacer un documental que fuera bonito y que fuera de verdad para que la gente se sienta identificada con nosotros”, relató Joaquín.

En el siguiente episodio, que será este jueves, podremos ver la boda de la pareja, que fue el 8 de julio de 2005 y con no pocas anécdotas. “Nuestra boda fue un show, como nuestra vida entera”, ya dijo Susana. “La boda fue especial. Yo estaba esperándola en el altar verla entrar y no la vi. Cuando llegó le pregunté: ‘¿Tú por dónde has entrado?’”, contó Joaquín. “Yo recuerdo que llegué a la iglesia y me tuvo que meter la policía. La policía me cogió en volandas y me soltó en el altar”, relató en este caso la novia. “Estaba todo el Puerto allí metido. Los invitados no podían ni entrar. Nosotros hablamos con el cura para que acotara una zona para los invitados pero nos dijo que él no cerraba las puertas de la Casa de Dios a nadie”, recalcó el jugador.

Susana y Joaquín llevan 22 años juntos, aunque no tuvieron problema en contar el secreto de su éxito: “Discutimos todos los días y a todas horas. Tú dices blanco, yo digo negro; tú quieres lentejas, yo te pongo papas. Todos los días y a todas horas”, dijo Susana.

Entre risas, como no podía ser de otra manera, Joaquín contó lo que menos le gusta de su mujer, mientras Susana admite que cuando discuten: “No le puedo mirar a la cara porque no me toma en serio, porque yo me río. Él me pone cara de que me está escuchando pero lo que le digo le está entrando por un oído y le está saliendo por el otro, y como yo lo sé, pues me entra la risa”. “

“Lo que peor llevo de Susana es que está todos los días muerta de frío. Cuando se acuesta lleva su ropa interior, sus calcetines, su pijama de franela, su media rebequita de franela y su bata. Y después se tapa con la sábana, la manta, el nórdico y el suelo está a 29 o 30 grados”, contó Joaquín. “El día que la quiero meter mano, se me quitan las ganas”, dijo bromeado.