Peret: el gran himno a la rumba catalana

Es la historia de un hombre al que minusvaloraron los intelectuales de la época, con algunas excepciones, tal que le elevó la gente de andar por casa gracias a sus canciones y a su gracejo de un tipo sin complejos que solo quería reivindicar la rumba. Peret, nacido en 1935 en Barcelona y fallecido en 2014, fue uno de los cantantes más reconocidos por el pueblo, sin etiquetas ni aditivos, solo Peret –nombre de nacimiento Pedro Cubill Calaf, que inició su carrera artística en los corrales de Mataró– «donde solo había ratas y hambre», dijo en algún momento– en la calle de la Cera del Raval. Cuando era un adolescente vivía entre prostitutas, partidas de cartas de los mayores e intentaba ganarse la vida con la venta ambulante. Pero, ¿cuándo surgió Peret? En los «bolos» que realizaba para los turistas en Calella. Entonces, se sacó de la manga una rumba gitana plena de mestizaje, con guiños al cantante cubano y al rey del mambo Pérez Prado y hasta de Elvis Presley. Revolucionó la rumba junto al «Pescaílla», el esposo de Lola Flores, al que quisieron enfrentarle.

Grandes éxitos

Su legado musical es abundante y, sobre todo resultón, con esos temas que han formado la banda sonora musical de muchas generaciones como «Borriquito», «Una lágrima», «Canta y sé feliz» –con la que participó en Eurovisión en 1974–, «Es preferible reír que llorar»... Pero su trayectoria sufrió un parón de la forma más inesperada. En 1982 ingresó en la Iglesia Evangélica, concretamente en la sección barcelonesa de la Iglesia Evángelica de Filadelfia.Ya no era Peret, se convirtió en el «Hermano Pedro». Diez años después le rescató la música para representar a la Cataluña más universal en los Juegos Olímpicos de Barcelona junto a Los Manolos y Los Amaya como baluartes de la rumba catalana. Para la historia queda el tema que interpretó, «Gitana hechicera», dedicado a la Ciudad Condal.

Hombre contradictorio y complejo, a pesar de lucir una sonrisa perenne y su desparpajo tenía una mirada en ocasiones triste. En «Imprescindibles», que se emite mañana a las 21:30 horas, sus nietos hablan del lado íntimo de la familia, de la triada que formó con Dios, la familia y la rumba. Además del testimonio de sus familiares hablarán algunos de sus amigos como el Petitet, Justo Molinero y su sastre favorito del barrio de Sant Antoni. A ellos se sumarán imágenes de archivo –¡ay, aquellos primigenios vídeos con el rey del «zoom» Valerio Lazarov!– y la narración de Andreu Buenafuente.