Drones
El gadget del sábado: DJI Neo, un dron en la palma de la mano
Ligero, económico, imágenes de calidad y con modos automáticos… ¿Se le puede pedir algo más? La verdad es que sí.
No es la primera vez que hablamos de DJI y dada la viralidad de su último modelo de dron, el Neo, debíamos probar sus virtudes y también evaluar sus defectos. Lo positivo es que, para un dispositivo de 135 gramos (menos que muchos móviles) que cabe en la palma de la mano, su parte positiva es notoria.
Lo primero que destaca es su precio: €199. Si tenemos en cuenta el fabricante, se trata de un gadget muy dulce. DJI tiene mucha y sobrada experiencia en drones y el software de vuelo, estabilización y grabación de imágenes entra en el podio para drones recreativos.
Para los haters de los manuales y las configuraciones previas a “jugar” con los drones, es una delicia. En la parte superior cuenta con seis modos Quickshots: Dronie, Cohete, Circle, Helix, Boomerang y Dolly Zoom. Basta pulsar una tecla para seleccionar uno de ellos y dejarlo que haga su trabajo. El más conocido es el de seguimiento (nos persigue donde vayamos) y cuando extendemos la mano, aterriza tranquilamente allí. Pero hay un modo que traza círculos a nuestro alrededor, otro que se aleja de nosotros en un ángulo y uno que también despega hacia el cielo.
Una ventaja es que todas las imágenes se almacenan en su interior y una vez en casa y en conexión directa con el móvil, envía las grabaciones y fotografías. Respecto a esta cuenta con una cámara de 12 MP y es capaz de grabar en 4 K. La estabilización es muy buena, siempre y cuando no haya demasiado viento. Y demasiado ya son 20 km/h. Su peso es una ventaja y también una desventaja a la hora de tener en cuenta las corrientes de aire. Y el consumo de batería.
Obviamente no consume lo mismo si estamos en un sitio cerrado, sin obstáculos, que en exteriores. Podemos pasar de casi 20 minutos a la mitad con mucha facilidad. Ventaja móvil y de logística: las baterías (de apenas 45 gramos) se pueden cargar directamente desde en dron gracias a un cable USB-C accesible.
Y respecto a los obstáculos: no cuenta con un detector de obstáculos. ¿El lado bueno? Las hélices están muy protegidas y sin el mando y las baterías extras (que suman casi €150), no permite distancias mayores de 50 metros, por lo tanto, la batería (de carga rápida y eficiente) no es un defecto tan grande. Solo hay que tenerlo en cuenta a la hora de grabar contenido. El aspecto menos positivo es que en entornos algo más complejos (ciudades, plazas, árboles, etc.) la navegación es mucho más caótica.
Teniendo en cuenta su precio sin el mando y que se puede controlar fácil y eficazmente con la app en el móvil, nos vamos a centrar en esta opción. De hecho, al pesar menos de 250 gramos, está por debajo (bastante) de las normativas y restricciones en el uso de drones.
La experiencia del fabricante hace que, pese a los materiales de construcción (plástico principalmente) no sea endeble.
No depender directamente de un mando es lo que hace que el Neo sea tan lúdico. El hecho de que se pueda controlar también con la voz en el móvil, le da mayor versatilidad. Su funcionamiento, aunque no muy amplio, sí permite lo básico gracias a los modos de grabación preprogramados.
Lógicamente, este modo tiene limitaciones de distancia y altura de vuelo (los mencionados 50 metros) que con el mando se convierten en 10 km. Y un mayor alcance en versatilidad de maniobras. Aun así, ambos modos se ven afectados por el viento, el mayor enemigo en un dron tan ligero.
Veredicto:
Por este precio y con estas cualidades, es muy difícil algo mejor. Sí, se le puede pedir más resistencia al viento, más alcance y mayor resolución de cámara o batería, pero el precio subiría.
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