Si se nos cae el teléfono móvil al agua... no está todo perdido. Todos hemos sido testigos de la milagrosa recuperación de un dispositivo electrónico que parecía muerto y enterrado. La sabiduría popular nos dice que debemos meter el aparato en una bolsa o en un recipiente hermético con arroz... y que este absorberá toda la humedad que haya podido entrar en el interior del dispositivo. Pero, ¿es este método realmente efectivo?

¿El arroz soluciona el problema?

En muchos casos, el daño está hecho desde el mismo momento en el que el agua entró en contacto con los materiales metálicos del mecanismo. Porque esto puede generar un cortocircuito que deja inservible el aparato. Por ese mismo motivo, nada más consigamos recuperar el teléfono móvil debemos apagarlo... y no podemos ponerlo a cargar o tratar de encenderlo, hasta que estemos completamente seguros de que se ha secado perfectamente.

Ahora bien, llegados a este punto, todavía no tendremos forma de saber si hemos tenido la suerte de que el aparato haya sobrevivido al “shock” que ha sufrido al entrar en contacto con el agua. Porque lo más seguro es que se haya apagado de inmediato... y como no podemos encenderlo. Así que, lo que suele ocurrir a continuación es que lo introduzcamos en una bolsa hermética con arroz.

De acuerdo con los expertos, el arroz sí que consigue absorber la humedad del teléfono móvil... pero solo la más superficial. Pero no es la parte exterior del dispositivo lo que nos preocupa. Es posible que el móvil siga funcionando, aún cuando se haya quedado alguna gotita de agua en su interior. Pero, en algún momento del futuro próximo, esto pasará factura y la corrosión aparecerá... generando problemas irreversibles sobre la terminal.

Es decir, que el arroz puede hacer -más o menos- lo mismo que un trapo... pero no mucho más. Si quisiéramos recuperar el teléfono móvil por completo y sin secuelas, necesitaríamos un elemento mucho más efectivo a la hora de absorber la humedad. Además, el almidón podría general daños en el mecanismo del teléfono. Los técnicos que revisan los teléfonos móviles que la gente lleva a reparar después de verse en esta situación, suelen encontrarsepartículas blancas del cerealrepartido por todo el interior. Lo que es casi igual de efectivo que el agua a la hora de arruinar los componentes internos del dispositivo.

Otro método que también deberíamos descartar de inmediato es el de secar el teléfono con un secador de pelo. Porque el aire caliente no sólo hace que el agua se evapore, sino que también la empuja. Y es frecuente que esto empeore la situación, porque puede hacer que las gotas de agua lleguen a zonas de un acceso más difícil.

Entonces, ¿Cómo debemos actuar?

Mejor prevenir que curar. Y si vamos a pasar el día en la piscina, no debemos llevar el teléfono móvil en el bolsillo del bañador porque los accidentes ocurren y en una piscina siempre hay alguien dispuesto a darnos un empujón cuando estamos paseando por el bordillo. Otra precaución que también es muy conveniente es hacerse con una funda impermeable o con una bolsa hermética que cubran por completo el dispositivo y que puedan mantener al teléfono a salvo frente a un accidente (que no sea demasiado grave).

Lo segundo que debemos tener claro es que utilizar arroz es mucho mejor que no hacer nada. Si bien es cierto que puede no ser totalmente efectivo y que puede generar daños posteriores, puede ser considerado un buen método para una emergencia inicial. Después de unas 24 o 48 horas, podemos volver a encenderlo, realizar una copia de seguridad de nuestros datos y prepararnos para la muy probable eventualidad de tener que cambiar de teléfono móvil.

Como alternativa al arroz, lo que muchos técnicos utilizan son las bolsas de sílice, que son esas bolsitas blancas que suelen venir en las cajas de muchos productos. No sólo absorben mucho mejor la humedad que casi cualquier otro elemento, sino que -además- no dejan ningún resto tras de sí. Por eso, lo ideal es almacenar todas las bolsas de sílice que caigan en nuestras manos e introducirlas en un bote de cristal, de forma que estemos preparados para la próxima vez que a alguien se le caiga el móvil al agua

Ahora bien, la mejor alternativa sigue siendo desmontar el teléfono y limpiar poco a poco todos los componentes internos. Si hacemos esto, podremos verificar si alguno de ellos se ha visto seriamente afectado y necesita ser sustituido. Pero claro, este método está descartado para la mayoría de nosotros. Por lo que convendría acudir -más pronto que tarde- a un profesional especializado.