Pobreza
La vivienda asfixia a 3 millones de hogares: 6 de cada 10 euros destinados a casa y comida
El 16,8% de las familias quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagada la vivienda y los suministros básicos
La vivienda se ha convertido en un "gran pozo sin fondo" para numerosas familias, sobre todo para aquellas con menos ingresos. Los gastos relacionados con el pago de la casa y sus suministros son -con diferencia- los que más se han incrementado en los presupuestos familiares. De hecho, las familias con menos ingresos invierten más de seis de cada 10 euros (63%) a gastos de vivienda, suministros y alimentación frente a los menos de cuatro de cada 10 euros que gastan las familias con mayor nivel de ingresos.
Según el informe "Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida" presentado este martes por Cáritas Española y la Fundación Foessa, el 16,8 % de las familias quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagados los gastos de vivienda y suministros básicos, ha explicado el investigador Daniel Rodríguez, miembro del equipo de estudios de la Fundación FOESSA.
“Desde la aparición del impactante tsunami que desencadenó la pandemia de Covid-19, cuyas consecuencias abarcaron tanto la esfera social como la económica, junto con su inmenso coste en términos de salud, diversos eventos han continuado azotando a las familias y sus economías. Desafíos como el conflicto en Ucrania, el aumento en los costes de los suministros energéticos o la crisis inflacionaria, persisten en poner a prueba la capacidad de los hogares para hacer frente a gastos esenciales como la alimentación y la vivienda”, afirma Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española.
En un intento por encontrar soluciones económicas y sostenibles, cada vez más familias se ven obligadas a recurrir a fórmulas como subarrendar habitaciones (lo hacen 1,2 millones de hogares) o residir en viviendas inseguras (4,2 millones están en pisos compartidos, cedidos sin contrato e incluso en situación de desahucio). Además, la cifra de familias que habitan en viviendas inadecuadas -que no cumplen con las condiciones mínimas dignas- ha experimentado "un preocupante aumento" pasando del 25 % en 2018 al 30 % en 2021 y alcanzando a 5,6 millones de familias, alerta el análisis.
“Nos encontramos, por tanto, con muchas familias que se enfrentan a una especie de dilema insuperable: la difícil elección entre vivir en condiciones no dignas, como compartir espacios reducidos, lidiar con el hacinamiento y soportar malas condiciones de vida, o, por otro lado, enfrentar una asfixia económica marcada por un estrés financiero abrumador, que a su vez puede afectar gravemente la salud, especialmente la salud mental”, aseveró Daniel Rodríguez.