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Catarroja
Varios pueblos avisan a Ricart: «Que no asome la cabeza por aquí»
Localidades valencianas relacionadas con el pasado de Miguel Ricart, condenado en el año 1997 a 170 años de prisión por el secuestro, violación y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, las tres niñas de Alcàsser, reniegan de su posible salida de prisión. Y si finalmente es excarcelado, coinciden: "aquí no es bienvenido". La más que previsible salida de la cárcel de Miguel Ricart, conocido como "El Rubio", tras la resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que anula la 'doctrina Parot', ha puesto en jaque a los municipios en los que de alguna forma ha dejado huella. Se trata de Catarroja --lugar en el que nació y vivió junto con su padre y hermana--; Alcàsser --municipio en el que residían las tres niñas de 14 y 15 años--; o incluso de Albal --localidad en la que actualmente viven familiares de Antonio Anglés, considerado autor material de los hechos y que se encuentra en paradero desconocido--. Desde este último municipio han señalado a Europa Press que no tienen constancia de que, pese a la existencia de algún comentario, puedan vivir allí familiares de Ricart.
Junto a Albal, desde municipios vecinos sus representantes han comentado que pese a que no se pueden poner fronteras en los pueblos, no les haría "ninguna gracia"que Ricart --quien se encuentra cumpliendo pena en la cárcel de Herrera de La Mancha, en el municipio de Manzanares, en Ciudad Real-- pudiera presentarse allí. Y este sentimiento de rechazo se extiende también, principalmente, a Catarroja, donde por ahora los vecinos están "tranquilos"y nadie ha requerido ningún tipo de información, asesoramiento o atención psicológica ante la posible salida de la cárcel de Ricart, han apuntado fuentes municipales a Europa Press.
Precisamente este crimen hizo "mucho daño"y generó "mucha alarma"en esta localidad, puesto que allí tenía su lugar de residencia 'El Rubio' junto a su padre, quien ya ha fallecido. "Hizo muchísimo daño y hablar de él trae recuerdos muy desagradables para todos", han indicado las mismas fuentes.
Ahora, tras fallecer el padre --un hombre aislado y solitario, según lo describieron algunos vecinos tras cometerse el crimen-- y no residir su hermana en el municipio, tienen la esperanza de que Ricart no aparezca por allí: "aquí no se le quiere, no queremos que venga", han afirmado, mientras piensan que es complicado que regrese al pueblo porque la gente "no lo querría". "Pensamos que buscará un destino distinto al de esta zona", han dicho. Catarroja no quiere que la noticia sobre la posible salida de prisión de Ricart genere ninguna alarma social, ya que ha pasado mucho tiempo desde que él vivió allí y ya no conserva ningún vínculo con esta localidad. No obstante, en el hipotético caso en el que decidiera presentarse allí, desde el Ayuntamiento no descartan estudiar alguna medida para evitarlo. Aún así, de momento no se han planteado este extremo porque tienen que darse antes dos requisitos: el primero, que salga de prisión; y el segundo, que decida ir a Catarroja.
Dolor y malos recuerdos
En Alcàsser tampoco sería bien recibido Miguel Ricart. Desde la localidad de residencia de las víctimas dudan de que se le pueda ocurrir asomar la cabeza por allí, puesto que sería algo que no gustaría a nadie, ya que solo pudo generar dolor y malos recuerdos. En principio en esta localidad tampoco habría acudido ningún vecino a requerir asistencia psicológica ante la más que probable excarcelación de "El Rubio". En esta localidad no son muy dados a hablar sobre este tema ante el daño que les ha generado. Ya en los días previos a celebrarse el juicio contra Ricart, en el ambiente soplaba un aire de no querer recordar los horribles acontecimientos que cuatro años antes sumergieron a la población en un mar de llanto, y ahora la situación se reproduce ante la posible excarcelación de uno de los autores. En este sentido, Rosa Folch, la madre de Desirée, una de las tres niñas asesinadas en Alcàsser, aseguró recientemente, en una concentración en Madrid tras la resolución europea de la 'doctrina Parot', que se sentía "muy mal"y añadió: "creo que no tiene derecho a salir porque ha hecho mucho daño, y mi hija desde los 14 años junto a sus amigas están sin salir de donde están; no hay derecho. Que estén allí encerrados, que es lo que toca, que hicieron mucho daño", solicitó.
Albal, al margen
Albal no se siente como parte en este caso, puesto que no tiene constancia de que allí viva la hermana de Ricart, aunque sí lo hace la familia de Antonio Anglés. Desde esta localidad han señalado que se mantienen al margen, pero han coincido en que Ricart no es una persona muy querida por los vecinos y no les gustaría que se presentara allí, puesto que podría generar cierta inquietud o malestar. Quien sí reside en el municipio es la familia de Antonio Anglés, que desde que decidió instalarse en la localidad tras dejar Catarroja, no ha registrado ningún problema de convivencia ni de nada.
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