Sanidad pública
Sanidad sigue "analizando" la Atención Primaria pero sin un Plan: ni medidas reales ni presupuesto
El Ministerio ha presentado en el último año dos informes para analizar la crisis de la Atención Primaria, y creado dos comisiones. Aún no hay medidas reales y con presupuesto
Analizar un problema antes de tratar de resolverlo es un modo inteligente de actuar. Máxime si se trata de una crisis de la envergadura de la que sufre en España el primer nivel asistencial. Pero la cosa se complica cuando el análisis se dilata durante demasiado tiempo que paraliza las soluciones. Y esto es lo que está pasando con la Atención Primaria.
Las sociedades médicas de esta especialidad llevan dos décadas advirtiendo del desastre que se estaba fraguando en el escalón asistencial que vertebra nuestro Sistema Nacional de Salud. Han analizado las causas desde múltiples perspectivas, con expertos de distinto signo político, y en informes consensuados que han compartido tanto con el Ministerio de Sanidad como con las comunidades autónomas.
Sin embargo, a Sanidad parece que no le valen estos análisis y, por el momento, mantiene su estrategia de elaborar sus propios informes, buscar respuestas sobre el papel, añadirle mucha ideología y crear comisiones de expertos, aunque sea por duplicado.
La última iniciativa de este tipo se presentó ayer en el Ministerio: un informe titulado «Hacia la equidad en Salud: propuestas para transformar la atención primaria en España» que pone el foco en los determinantes sociales y estructurales que marcan el tipo de acceso de los diferentes grupos de población a la atención sanitaria.
El documento, muy exhaustivo y riguroso, se ha realizado en colaboración con Novartis y ha contado con la participación de un grupo multidisciplinar conformado por representantes de sociedades científicas, organizaciones sociales (como agrupaciones vecinales), asociaciones de pacientes, consejos profesionales, profesionales de atención primaria e investigadores de ciencias sociales. Todos estos profesionales conforman lo que ha Sanidad ha denominado Comité para la Equidad en Atención Primaria.
Merece la pena recordar que ya hay otra Comisión creada para tratar de resolver los problema de la Primaria en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud: la Comisión de Atención Primaria y Comunitaria (Capyco).
Pero esta es distinta.Tal y como lo definieron ayer Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud y el epidemiólogo e investigador Manuel Franco, coordinador del trabajo, el nuevo proyecto es "uno de los primeros ejercicios en nuestro país que pone en común un diagnóstico de la equidad de los servicios de AP desde una perspectiva de determinantes sociales de la salud y propone algunos ámbitos de actuación claves para reducir la inequidad y las desigualdades en salud, especialmente, en la población más vulnerable".
Además, pone el foco en las enfermedades no transmisibles más prevalentes, como las cardiovasculares (ECV) y sus factores de riesgo, que son la principal causa de muerte en nuestro país.
El ejemplo al que aludió Franco para enfatizar la importancia de los determinantes sociales en el acceso al sistema sanitario fue el de Alemania. Allí, un estudio poblacional realizado con 15.000 personas adultas seguidas durante 10 años demostró que un nivel socioeconómico bajo se asoció con un 19% más de prevalencia de ECVs. Además, la renta baja se correlacionó con un riesgo un 68% mayor de accidentes cerebrovasculares y un 86% más de mortalidad por todas las causas.
Universalismo proporcional
Frente a ello, el informe resalta que AP y el sistema sanitario pueden "modular" estas desigualdades materiales desde un enfoque de "universalismo proporcional, que consiste en dar prestaciones universales a todas las personas, pero identificando aquellos lugares donde hay más falta de recursos".
Jesús Ponce, presidente de Novartis España, destacó el compromiso de la industria con la población "especialmente aquella que presenta mayor vulnerabilidad social, para actuar como un facilitador clave en el intercambio de conocimiento y en la reflexión para avanzar, entre todos, hacia una mayor equidad en el acceso a la AP".
Para ello, el trabajo propone una distribución equitativa de los recursos de Primaria en áreas de elevada vulnerabilidad social. Y lo hace a través de medidas como la de reformular las métricas para asignar los recursos de AP atendiendo a la demanda de los servicios y la intensidad de la atención sanitaria, ya que en las áreas de alta vulnerabilidad social esta demanda es mayor.
Asimismo, reclama reforzar la presencia de los profesionales de AP tanto dentro como fuera de los centros de salud.
Pero la realidad es caprichosa. Hoy, en España hacen falta especialistas de Familia y pediatras, de 6.000 a 10.000 según las sociedades médicas de este ámbito y unos 4.500 según el propio Ministerio de Sanidad. Se sabe que la situación irá a peor ya que, en los próximos cinco años se van a jubilar 50.000 profesionales.
A la carencia de recursos humanos se suma la falta de presupuesto para financiar las reformas que requiere este escalón asistencial, la sobrecarga laboral, el desinterés de los MIR en ser médicos de familia y otra lista de problemas mil y una veces retratada.
¿Dónde está el Plan?
Sin embargo, el Ministerio lleva casi un año anunciando que va a presentar el Plan de Atención Primaria y Comunitaria 2025-2017.
Mónica García lo ha sacado a colación cada vez que se ha acusado a su departamento de "inmovilismo", de echar balones fuera culpando a las comunidades autónomas y de llevar demasiado tiempo "mareando la perdiz" sin ofrecer soluciones realistas y con una financiación finalista.
Ayer no fue ella sino su segundo, Javier Padilla, el que habló del Plan, que calificó de "ambicioso", pero "tremendamente pragmático y posibilista a la hora de que sea evaluable, auditable, que no lo confíe todo en cargar a los funcionarios de las comunidades autónomas de una tremenda tarea de reporte a los funcionarios del Ministerio de Sanidad", indicó.
Además, apuntó que incluirá elementos encaminados a garantizar la equidad, como la incorporación de nuevas figuras en AP – psicólogos, fisioterapeutas, farmacéuticos o nutricionistas– "para aumentar la polivalencia en el lugar más cercano a la población".
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