El Ministerio de Consumo ha multado con 178,9 millones de euros a Ryanair, Vueling, EasyJet, Norwegian y Volotea por cobrar suplementos por el equipaje de mano. La multa, calificada como histórica por su cuantía y su repercusión, señala un antes y un después en la protección de los derechos de los consumidores. Sin embargo, ¿qué cambios reales experimentarán los pasajeros?

Aunque la sanción ya es firme en vía administrativa, las aerolíneas han confirmado que recurrirán la decisión ante la Audiencia Nacional. Según la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), este proceso podría prolongarse hasta dos años, durante los cuales solicitarán medidas cautelares para seguir aplicando sus actuales políticas. Esto significa que, por ahora, los pasajeros seguirán pagando por el equipaje de mano en cabina y otros servicios cuestionados.

Las aerolíneas argumentan que esta práctica, permitida en otros países de la Unión Europea, está respaldada por el Reglamento 1008/2008, que garantiza la libertad de fijación de precios en el transporte aéreo. Según Javier Gándara, presidente de ALA, obligar a incluir el equipaje de mano en el precio del billete podría generar "distorsión competitiva" y perjudicar a millones de pasajeros que prefieren viajar ligero con tarifas más económicas.

Frente a esta postura, organizaciones como la OCU y Facua celebran la sanción como un triunfo para los derechos de los usuarios. Ambas han denunciado durante años estas prácticas como abusivas y contrarias a la normativa española y comunitaria. La OCU, además, ha solicitado medidas cautelares que obliguen a las aerolíneas a cesar inmediatamente estas prácticas mientras se resuelve el recurso judicial.

Facua, por su parte, destaca que la sanción pone fin a una situación de "fraude masivo" que comenzó en 2018, cuando Ryanair implementó el cobro por el equipaje de mano. Según su portavoz, Rubén Sánchez, el billete de avión debería garantizar el transporte del pasajero junto con su equipaje de mano sin costes adicionales, como establece la legislación española.

Si los tribunales no conceden las medidas cautelares solicitadas por las aerolíneas, estas se verían obligadas a pagar las multas y ajustar sus políticas comerciales. Esto podría traducirse en un cambio significativo para los pasajeros en España, que podrían llevar su equipaje de mano en cabina sin tener que pagar un sobrecoste.

Mientras tanto, se recomienda a los consumidores que guarden los recibos y comprobantes de pagos adicionales realizados por servicios como el equipaje de mano para poder reclamar una futura devolución si se confirman las sanciones. La OCU también ha instado a los pasajeros a reclamar de inmediato ante las aerolíneas cualquier cobro que consideren improcedente.

El desenlace final se encuentra en los tribunales

La resolución de este conflicto podría tener implicaciones importantes para el modelo de negocio de las aerolíneas de bajo coste. Estas compañías defienden que el cobro por servicios adicionales, como el equipaje de mano o la elección de asientos, les permite mantener tarifas base competitivas y operar con mayor eficiencia. Según Ryanair, medidas como la eliminación del cobro por equipaje afectarían negativamente a su capacidad de ofrecer billetes baratos.

Por estos motivos, el desenlace final se encuentra en los tribunales. En el corto plazo, los usuarios no experimentarán ningún cambio, pero las acciones legales en curso podrían redefinir el panorama del transporte aéreo en España. Es decir, la clave estará en si las medidas cautelares solicitadas por las aerolíneas son aprobadas o no.