Cinco años de la covid

Promesas incumplidas y lecciones no aprendidas de la pandemia

Nuestro Sistema Nacional de Salud se resquebraja por problemas endémicos como la deficiente financiación y la falta de médicos. No somos más resilientes que en marzo de 2020

Una usuaria del Metro de Madrid
Una usuaria del Metro de MadridJesús G. FeriaLa Razon

"Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". Esta frase del filósofo George Santayana parece encajar a la perfección con la realidad actual del Sistema Nacional de Salud (SNS) español, a la luz de la comparativa entre las lecciones que se supone debería habernos enseñado la pandemia de covid y lo que demuestran los hechos.

En abril de 2023, un mes antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el fin de la emergencia sanitaria, se publicó el informe "Evaluacovid-19. Evaluación del desempeño del SNS español frente a la pandemia de covid-19".

Elaborado por cuatro expertos designados por el Ministerio de Sanidad de Carolina Darias, que fue quien lo encargó, su objetivo era ofrecer información útil que orientara la toma de las decisiones para fortalecer y cohesionar el SNS y hacerlo más resiliente frente a futuras amenazas pandémicas. El análisis proponía una hoja de ruta con un total de 72 acciones agrupadas en 12 áreas de trabajo, especificando responsables y plazos para ejecutarlas en los próximos años. "La identificación de responsables para llevar a cabo las distintas acciones propuestas es imprescindible para lograr que las medidas deseables se conviertan en una realidad", señalaban los autores del informe.

Dos años después, repasamos cuáles de esas acciones se han puesto en marcha y cuáles han quedado en el olvido.

La primera de las recomendaciones era "redefinir los mecanismos de coordinación, planificación y preparación ante futuras pandemia", e incluía peticiones como "elaborar un Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias", "establecer un Plan General de Reservas Estratégicas y su sistema de gestión" o "crear una red de profesionales y equipos en disposición de actuación inmediata". España, ni dispone a día de hoy de un Plan Nacional de Preparación y Respuesta ni de una red de profesionales como la descrita.

Reserva estratégica

Respecto al Plan General de Reservas Estratégicas –mecanismo mediante el que se busca garantizar el suministro de los bienes y servicios necesarios (mascarillas, equipos de protección individual–EPI–, respiradores, etc) para proteger a la población y a los profesionales ante una eventual emergencia sanitaria– el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, contestaba recientemente a la pregunta de si España está preparada para la próxima pandemia en una entrevista en la radio señalando que "si, por supuesto".

Para argumentarlo, explicaba que "hay una reserva estratégica a nivel central que se ha ido dotando de materiales, pero también de una estructura mucho más sólida, y también hay reservas estratégicas en las comunidades autónomas". Respecto a por qué no se conocen los detalles sobre esta reserva, explicaba que es por "motivos de seguridad nacional". "En un contexto belicoso como el actual, en el que se está pidiendo que se aumente el gasto en defensa, tenemos que entender que defensa es también el gasto el medicamentos críticos o en materiales de protección como los EPIs".

El siguiente bloque de recomendaciones tiene que ver con actualizar la legislación que ampara las actuaciones en crisis sanitarias. En este punto, solo una de las tres ideas de mejora que propone el informe se han puesto en marcha: la creación de la Red de Vigilancia en Salud Pública y la Estrategia de Vigilancia en Salud Pública. La primera entró en vigor, vía real decreto, el pasado 20 de junio. La segunda fue aprobada por el pleno del Consejo Interterritorial del SNS (Cisns) el 22 de junio de 2022. Sin embargo, a fecha de hoy, no se ha hecho público ningún avance sobre el funcionamiento de ninguna de ellas.

Las dos promesas incumplidas en este bloque son la actualización la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública y la modificación de las leyes que amparan las actuaciones en crisis sanitarias.

Agencia Estatal de Salud Pública

El tercer área de trabajo es donde se define la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública (Aesap). Aunque lleva acaparando titulares desde que, en enero de 2024, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley que la desarrolla, lo cierto es que, hoy por hoy, sigue siendo una entelequia.

Muy oportunamente, ayer se llevó a la Comisión de Sanidad del Congreso, que aprobó por mayoría absoluta el dictamen sobre el proyecto de Ley, como paso previo a su aprobación por el pleno de esta misma cámara la semana que viene. Siendo muy optimistas, este organismo del que no sabemos aún más que donde no estará su sede –en Madrid–, estaría en funcionamiento a finales de este año.

Su supuesta independencia y operatividad dependerá de cuestiones claves como el presupuesto que se le adjudique, los profesionales que se le asignen o la capacidad de la que se le dote para tomar decisiones.

En el epígrafe donde se define la creación de la Aesap se detallan también otras recomendaciones que no se han desarrollado, como la puesta en marcha de "protocolos normalizados de trabajo en vigilancia epidemiológica", "modernizar los sistemas de alerta de salud pública", "reforzar la salud pública mediante la ampliación y diversificación de recursos humanos", "mantener una inversión continuada y sistemática en salud pública" y "consolidar planes estratégicos de vacunas".

Los escasos recursos humanos

La falta endémica de médicos especialistas en la Sanidad pública, especialmente en Atención Primaria, (9.500 de familia y 1.100 pediatras, según la Central Sindical Independiente y de Funcionarios) es uno de los problemas más graves y urgentes en España. Parece complicado confiar en que podamos estar preparados para el golpe de una nueva enfermedad con potencial pandémico cuando, además, los médicos y facultativos que tenemos están en plena campaña de protestas y manifestaciones contra el Ministerio de Sanidad de Mónica García por sus propuestas para reformar el Estatuto Marco.

En las condiciones actuales, lo más probable que aumente año tras año el porcentaje de especialistas que se marchan de España en busca de condiciones de trabajo más dignas.

El informe Evaluacovid-19, en su cuatro punto, recomienda "reforzar y revalorizar la atención primaria de salud, asegurando la suficiencia de recursos e impulsando nuevos modelos de relación".

El departamento de Mónica García tiene atragantada esta lección desde que comenzó su andadura y, pese a sus continuos intentos por "vender" el discreto aumento de plazas para médicos de Atención Primaria que ha llevado a cabo, no ha hecho nada más que eso.

Después de un año y medio de andadura y tres plenos monográficos del Cisns dedicados a este tema,las autonomías y las sociedades científicas de Primaria siguen demandado que pongan los medios y la financiación necesaria para resolver la crisis del primer escalón asistencial.

Ayer mismo, la ministra rechazó la petición de las comunidades autónomas del PP de convocar un pleno urgente del Cisns para abordar la ampliación del número de plazas de formación para Medicina Familiar y Comunitaria y los criterios de financiación del Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2025-2027.

Si no tenemos lo básico, ni siquiera se puede pasar a hablar de lo que recomienda el informe en el punto cinco: "robustecer la gestión de los recursos, humanos y materiales, necesarios para hacer frente a crisis sanitarias".

El trabajo desarrolla siete áreas más que van desde objetivos como la "coordinación nacional de los servicios de emergencias y urgencias sanitarias y la optimización de los recursos disponibles" o la necesidad de "incrementar la capacidad analítica de la red de laboratorios y mejorar sus sistemas de alertas" hasta la puesta en marcha de "programas que favorezcan la humanización de la atención y protejan la salud mental de los profesionales". Ninguno de ellos se ha cumplido en estos años. Nuestro SNS tiene pendientes la mayoría de los retos que recomienda este informe.

El "fiasco" de las vacunas españolas

La falta de financiación, la precariedad y la pobre infraestructura de España en el ámbito de la investigación lastraron las "prometedoras" vacunas patrias frente a la covid. De los tres proyectos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic), solo la vacuna intranasal de virólogo Luis Enjuanes llegó a pedir a pedir autorización a la Agencia Española de Medicamentos y productos Sanitarios (Aemps) para iniciar ensayos en humanos, en 2021. La autorización nunca llegó, ni tampoco los ensayos, y no hubo una explicación clara del porqué.

El otro intento fallido fue el de la farmacéutica catalana Hipra, cuya vacuna, Bimervax, solo se ha inoculado 632 veces pese a costar 21 millones de euros, según los datos aportados por el Portal de Transparencia a una consulta de "The Objetive". Aunque fue autorizada por la Agencia Europea del Medicamento en marzo de 2023, un mes antes el Ministerio de Sanidad autorizó la compra de 3,2 millones de dosis, por las que pago 31 millones de euros. Dosis cuyo uso y destino final se desconoce ya que, en la campaña de vacunación de 2023, solo se administró la vacuna de Hipra a personas que tenían contraindicadas las de ARNm.