Salud mental

La mitad de los empleados públicos consumen a diario ansiolíticos, antidepresivos o somníferos

El 60% indica necesitar ayuda psicológica, aunque solo el 38% la recibe, generalmente cubriendo los gastos por cuenta propia

Una encuesta realizada por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) revela que cerca del 46% de los empleados públicos consumen de forma habitual medicamentos psicoactivos, como ansiolíticos, antidepresivos y somníferos, para gestionar su salud mental.

Este estudio, titulado "¿Cómo te sientes?", ha sido lanzado en el marco de la Semana Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo y aborda el estado del bienestar emocional en el entorno laboral del sector público. La encuesta consultó a más de 6. 300 trabajadores de diversas áreas de la administración pública, incluyendo educación, sanidad y justicia.

Según CSIF, el consumo de estos fármacos es elevado en casi todos los sectores, siendo el perfil más común una mujer entre 35 y 67 años, que trabaja en sanidad, educación o administración, y que recurre a estos medicamentos para sobrellevar la presión laboral, la falta de reconocimiento y el conflicto en el entorno de trabajo, además de la dificultad para desconectar fuera del horario laboral.

De acuerdo con el informe, el 76% de los empleados públicos perciben un deterioro en su salud mental como resultado de las condiciones laborales. Los problemas más comunes incluyen estrés, conflictos interpersonales y la falta de apoyo. Un 71% de quienes utilizan psicofármacos consume ansiolíticos e hipnosedantes, un 12% antidepresivos y un 17% otros medicamentos. Además, el 60% indica necesitar ayuda psicológica, aunque solo el 38% la recibe, generalmente cubriendo los gastos por cuenta propia.

CSIF reclama al Gobierno medidas urgentes

El estudio de CSIF también destaca que en el 67% de los lugares de trabajo no se han implementado medidas de apoyo a la salud mental en el último año, lo cual vulnera la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Como respuesta, CSIF ha lanzado la campaña "Derrumbando estigmas de la salud mental en el ámbito laboral" y ha iniciado acciones para sensibilizar a los trabajadores y promover denuncias por incumplimientos en materia de salud mental ante la Inspección de Trabajo.

Entre las demandas de CSIF al Gobierno están el incremento de personal en salud mental, el desarrollo de programas gratuitos de apoyo psicológico en los centros de trabajo, el reconocimiento del "burnout" como una enfermedad laboral y la creación de políticas de prevención del acoso y la discriminación. Además, proponen una actualización de las especialidades médicas para reforzar la atención en salud mental, la coordinación entre servicios sanitarios y de prevención, y la implementación de políticas de reincorporación laboral progresiva.