España, en mínimos históricos de natalidad
Menos niños, un 10% por reproducción asistida, y de madres mayores de 45 años
El primer semestre de 2023 registró el menor número de nacimientos desde 2016. La maternidad después de los 45 ha aumentado un 55%
Entre enero y junio de este año España ha registrado un mínimo histórico de nacimientos: 155.629 niños, un 2,5% menos de los que nacieron en el mismo periodo de 2022. Se trata de la cifra de natalidad más baja en 8 años, desde que empezaran los registros en 2016. De ellos, la mayoría nacieron en Andalucía, Cataluña y Madrid. Así lo muestran los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que también reflejan que el número de madres mayores de 45 años ha aumentado un 55% desde 2016, porcentaje que casi se triplica (137%) si hablamos de madres con 50 años o más.
La maternidad por debajo de los 40 años lleva más de una década cayendo en picado. De hecho, donde más ha bajado es en el grupo de mujeres más jóvenes, de entre 15 y 19 años, que dan a luz un 24% menos que en 2016. Por encima de esa edad, en todos los grupos etarios (20 a 24, 25 a 29, 30 a 34 y 35 a 39) las bajadas se sitúan por encima del 20%.
Las cifras encajan si pensamos que la tasa de fecundidad en España es actualmente de las más bajas del mundo: 1,23 hijos por mujer. Aunque retrasar la maternidad es común en los países de nuestro entorno, la edad media para tener un hijo en nuestro país es superior a la europea (31,6 años, frente a 29,7).
Se trata de un fenómeno multifactorial y ampliamente estudiado, que se sabe que no es coyuntural (lleva sucediendo una década), y que se explica, mayormente, por la precariedad laboral y la incertidumbre sobre el futuro, el escaso apoyo institucional a las responsabilidades de crianza, y la desigualdad de género en el ámbito laboral y familiar.
Y este es el contexto en el que la reproducción asistida (RA) vive sus años de mayor esplendor.De los 339.206 niños que nacieron en España en 2020, un 10% (33.231) llegó al mundo gracias a estas técnicas. De estos, el 60% se concibieron mediante fecundación in vitro, el 28%, por ovodonación, el 10%, por inseminación artificial y el 2% por embriodonación.
El éxito de estos tratamientos es especialmente llamativo en nuestro país, que fue pionero en la implantación de la fecundación in vitro hace ya 40 años. Gracias a la larga experiencia, a una legislación permisiva y aperturista y a la calidad de los servicios, España se ha convertido, además, en un lugar de referencia internacional para el llamado «turismo de fecundidad».
Turismo de fecundidad
«España se ha posicionado en materia de reproducción asistida principalmente por dos factores. El primero ha sido contar con una legislación pionera, que permite prácticamente todas las técnicas de reproducción asistida, exceptuando la maternidad subrogada («vientre de alquiler») y la selección de sexo. Gracias al marco legal español, muchos pacientes nos eligen para realizar técnicas que en sus países no son legales», señala Pascual Sánchez, director médico de Ginemed. «El segundo motivo es que las técnicas de reproducción asistida se implantaron en España prácticamente desde que se pusieron en marcha. El empuje y competencia del sector privado han hecho que las tasas de éxito sean muy elevadas. Dos de cada tres pacientes que hacen un tratamiento en nuestro país se quedan embarazadas en el primer intento », añade.
De entre todas las técnicas, una de las que más ha crecido es la criopreservación de ovocitos. Aunque este tratamiento surgió del deseo de preservar la fertilidad en pacientes oncológicas o con patologías que disminuyeran su fertilidad, hoy en día es utilizado mayormente por mujeres que desean postergar su maternidad. Así, en los últimos 5 años, el número de tratamientos para congelar óvulos se ha triplicado, y los óvulos congelados han pasado de ser unos 30.000 a 155.000, según los últimos datos de la Sociedad Española de Fertilidad.
La especialidad se desarrola en unos niveles de excelencia que seguirán manteniéndose en el futuro gracias a técnicas de vanguardia- ya implantadas- como los diagnósticos genéticos preimplantacionales, los estudios de compatibilidad genética o la cirugía uterina de remodelación y otras experimentales como el diagnóstico preimplantacional no invasivo, las técnicas de “rejuvenecimiento” ovárico o el tratamiento de los miomas con radiofrecuencia.
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