Aniversario

Francisco cumple doce años como Papa ingresado en el hospital

El que parecía un Pontífice de transición se ha erigido como un renovador de la Iglesia

A candle for Pope Francis is seen in front of the Agostino Gemelli Polyclinic, in Rome, Wednesday, March 12, 2025, where the pontiff is hospitalized since Friday, Feb. 14. (AP Photo/Andrew Medichini)
Italy Pope HealthASSOCIATED PRESSAgencia AP

Francisco cumple hoy doce años como Papa ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma, en el marco de una travesía de veintisiete días de lucha contra una neumonía bilateral a la que ha plantado cara, a juzgar por la evolución positiva de esta última semana. Así lo recoge el parte médico vespertino de ayer, en el que se certifica que «las condiciones clínicas del Santo Padre, en la complejidad del cuadro general, permanecieron estables». El comunicado vaticano desvela que la radiografía de tórax realizada el martes confirma «la mejoría registrada en los días anteriores». Sin embargo, en su entorno nadie se atreve a aventurar cuándo abandonará el hospital. Entre tanto, el Pontífice continúa con oxigenoterapia de alto flujo durante el día y ventilación mecánica no invasiva durante el descanso nocturno. De la misma manera, continúa con la fisioterapia respiratoria y motora. Con esta evolución positiva por delante, desde el Vaticano explican que ayer se conectó de nuevo a las pláticas de los ejercicios espirituales de Cuaresma organizados para la Curia y que se celebran en el Aula Pablo VI. El resto del tiempo lo dedicó a la oración y al descanso.

Este retiro obligado del Papa por el reposo exigido por el equipo médico contrasta con la intensidad con la que vivió el 13 de marzo de 2013. Poco después de las siete de la tarde, la fumata blanca se hacía visible en medio de una tarde lluviosa y anunciaba que los cardenales reunidos en el cónclave, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, habían elegido a un nuevo Sucesor de Pedro. Pocos tenían en su quinielas al arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, al que sí que se le consideraba un gran elector capaz de orientar el voto, pero que parecía descartado por su edad: 76 años. Él mismo había dejado preparadas las homilías de Semana Santa y se había desplazado a Roma con una maleta pequeña convencido de que regresaría para jubilarse y retirarse a una residencia en la que ya tenía hasta habitación designada.

Sin embargo, el Espíritu Santo quiso que se convirtiera en el primer Pontífice latinoamericano de la historia y también en el primer Papa jesuita. «Parece que mis hermanos cardenales han ido casi al fin del mundo», expresó nada más asomarse a la Logia de las Bendiciones de la Plaza de San Pedro con un gesto inédito. Además de bendecir a los presentes, él mismo inclinó la cabeza para recibir la bendición del pueblo. Fue el principio de otros muchos gestos, como su primera intervención ante los medios de comunicación, donde expresó su deseo de forjar «una Iglesia pobre y para los pobres».

«Nunca se puede decir que un Pontificado está acabado, cuando un Papa simplemente está hospitalizado porque todavía puede dar muchos frutos y más con Francisco, que está acostumbrado a dar muchas sorpresas. Él mismo dijo hace unas semanas que prepara un documento sobre la infancia», expresa Ramiro Pellitero, profesor del departamento de Teología Sistemática de la Universidad de Navarra y estudioso del magisterio de Francisco. Desde ahí, certifica que, lejos de ser un mandato de transición, ha ejercido un liderazgo que denomina como «muy renovador, directo y complementario con los anteriores: del prestigio moral de Juan Pablo II al prestigio teológico de Benedicto XVI, se desemboca ahora a la fuerza pastoral de Francisco».