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Limpieza
Los expertos dan respuesta definitiva: esta es la frecuencia con la que debes cambiar las sábanas y así debes lavarlas
Dormir en un ambiente limpio es esencial para garantizar un descanso reparador y prevenir problemas de salud

La limpieza del hogar es una tarea fundamental para la salud y el bienestar, pero no todas las áreas reciben la misma atención. Mientras que la cocina y el baño suelen ser prioridad, el cuidado de los textiles de la cama a menudo se pasa por alto. Sin embargo, dormir en un ambiente limpio es esencial para garantizar un descanso reparador y prevenir problemas de salud.
Existen diversos trucos y consejos para limpiar utensilios y zonas de la casa. Los vasos u otros elementos de vidrio se pueden limpiar simplemente con una mezcla en la que predomina el vinagre de vino blanco. También hay una técnica para limpiar los radiadores en apenas diez segundos. Como para dichos elementos, los hay para otros como son los mencionados textiles de la cama, es decir, sábanas y almohadas. Sin embargo, saber la periodicidad con la que se debe hacer también es clave.
¿Cada cuánto tiempo es necesario cambiar las sábanas?
Expertos en microbiología, como la doctora Lisa Ackerley, cofundadora de Hygiene Audit Systems y asesora especializada en seguridad alimentaria de la Royal Society for Public Health, y el profesor Philip Tierno, perteneciente al NYU Langone Medical Center y con 68 investigaciones, recomiendan cambiar y lavar las sábanas al menos una vez a la semana. No obstante, esta frecuencia puede variar dependiendo de ciertos factores. Por ejemplo, quienes sudan en exceso durante la noche, duermen con mascotas o padecen enfermedades infecciosas deberían renovar la ropa de cama con mayor frecuencia, incluso cada tres o cuatro días.
Las sábanas acumulan diariamente células muertas, sudor, ácaros y otros microorganismos invisibles que pueden provocar reacciones alérgicas, irritaciones en la piel o problemas respiratorios. Además, la humedad y el calor favorecen la proliferación de bacterias y hongos, lo que puede afectar la higiene del dormitorio y el bienestar general.
Cuatro consejos para lavar las sábanas correctamente
No solo es importante cambiar la ropa de cama con regularidad, sino también asegurarse de que el proceso de lavado elimine eficazmente la suciedad y los microorganismos acumulados. Según diversos estudios, los programas de lavado a baja temperatura, como los de 30°C, eliminan solo un pequeño porcentaje de gérmenes, por lo que la solución es usar uno de mayor temperatura.
Para que las bacterias se vayan por completo y para garantizar una limpieza profunda, los expertos recomiendan seguir estas pautas:
- Usar temperaturas de al menos 60°C, ya que el calor ayuda a eliminar bacterias, virus y ácaros.
- No sobrecargar la lavadora, pues esto impide que las sábanas se muevan libremente, reduciendo la eficacia del lavado.
- Utilizar detergentes adecuados y, si es posible, añadir productos desinfectantes específicos para textiles.
- Secar completamente las sábanas, preferiblemente al sol, ya que los rayos UV también tienen un efecto desinfectante.
No solo las sábanas requieren atención
Si bien las sábanas son el elemento más visible de la cama, otros componentes también necesitan un mantenimiento adecuado. Almohadas, fundas, edredones y colchones pueden acumular polvo, ácaros y alérgenos que afectan la calidad del sueño.
Para mantener un entorno higiénico, es recomendable lavar las fundas de almohada con la misma frecuencia que las sábanas, limpiar los edredones cada dos o tres meses y aspirar el colchón regularmente para eliminar restos de polvo y ácaros. Para las almohadas hay un truco que utilizan todas las lavanderías.
Así afecta la limpieza al descanso
Seguir estas recomendaciones no solo proporciona una sensación de frescura al dormir, sino que también ayuda a prevenir problemas de salud y mejorar la calidad del sueño. Mantener la ropa de cama y el resto de los elementos del dormitorio en condiciones óptimas es clave para disfrutar de un descanso reparador y un bienestar duradero.
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