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La lidia de Adrián

Antitaurinos arremeten contra un niño de ocho años enfermo de cáncer que sueña con ser torero: «Vas a morir», llegaron a escribir. Los padres emprenderán acciones legales

Lo peor de la red. Los mensajes que publicaron en las redes sociales los antitaurinos deseando lo peor a Adrián, de ocho años, que padece Sarcoma de Ewing y que sueña con ser torero. Pese a todo, el pasado día 8 su sueño se hizo realidad larazon

Antitaurinos arremeten contra un niño de ocho años enfermo de cáncer que sueña con ser torero: «Vas a morir», llegaron a escribir. Los padres emprenderán acciones legales

Adrián es un niño valenciano de ocho años aquejado del Sarcoma de Ewing, una enfermedad de las denominadas «raras» que afecta a zonas blandas de su cuerpo y cuya incidencia anual internacional en promedio es menor de dos casos por cada millón de niños. Y le tuvo que tocar a él, pero no por ello se rinde y sigue luchando con todas sus fuerzas, no sólo por vencer a la enfermedad sino por ver cumplida su ilusión y gran aspiración: ser torero.

El pasado día 8 de octubre quedará marcado en la memoria de Adrián Hinojosa. Su sueño se hizo realidad. A las cinco y media en punto, en la puerta de cuadrillas, y con los nervios tan a flor de piel que se notaban desde el tendido, surcaba el albero del inmenso y dorado coso de Monleón, encabezando, a los sones del Pan y toros y con siete mil personas aplaudiendo, un paseíllo en el que desfilaban diestros de la talla de Enrique Ponce, Rafaelillo, El Soro, Román, Vicente Barrera o Ginés Marín. Nada menos. Luego la tarde fue intensa en emociones. El público le dedicó una gran ovación cuando las cuadrillas cambiaron la seda por el percal, todos los matadores le brindaron sus respectivos toros, protagonizó el sorteo de los objetos que otros muchos toreros donaron para la ocasión y, al final, acompañó a sus ídolos en su salida a hombros por la puerta grande. Unos días antes le habían dado cinco horas de quimio, pero esas ocho vueltas al ruedo a buen seguro que le hicieron más bien que la medicación. Y así lo reconoce Eduardo Hinojosa, su padre: «Las tres horas del festival fueron una inyección de fuerza, de moral, eso le dio más vitalidad que las horas que estuvo con la quimio el martes anterior». Hubiera sido el día perfecto de no ser por la reacción de una antitaurina que le deseó la muerte al pequeño por «querer curarse para matar herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir». «Vas a morir», sentenció a Adrián a través de la red social Facebook. La respuesta fue la etiqueta #AdrianTeVasaCurar, que están usando taurinos y antitaurinos en Twitter para apoyar al pequeño. La familia ha dado permiso a la Fundación Toro de Lidia para que emprenda medidas legales contra los antitaurinos que han deseado la muerte el niño.

Cobardes que luego borran su perfil ó dicen que les han hackeado.
Espero que seas juzgada por la ley, y por la sociedad.@defensadelmenor pic.twitter.com/RyPb8dxbkv

Y esto es parte d la mejor generación d este País JA JA JA y un capullo esto es una basura un trozo de carne, sin sentimientos, ni corazón.. pic.twitter.com/P99jgNKQS7

Adrián no se ha enterado. Su padre ha evitado que hasta él llegue esa aberración: «Ha sido un palo bastante duro y nos ha afectado bastante. Me parece inconcebible que alguien pueda desear la muerte de nadie, y menos la de un niño, ¡y un niño que está enfermo! Espero que esas personas no lleguen a pasar nunca por lo que estamos pasando nosotros, aunque adoptaremos las medidas legales oportunas. El toreo, al que tanto atacan, ha vuelto a dar ejemplo y demostrar que está por encima de quienes anteponen a los animales a la vida de las personas».

Pero esta historia comenzó a gestarse tiempo atrás. Hace un año se le detectó este mal, que le afecta al sacro y al hueso ilíaco, con ramificaciones que llegan a los pulmones y que hace que no pueda andar bien al no poder apoyar con normalidad una pierna. El tumor le afecta también al sistema nervioso y aunque puede hacer una vida relativamente normal, sí que tiene algunas limitaciones, como no poder torear de salón, una de sus grandes pasiones, heredada de su abuelo paterno y que prendió en él desde que le llevó a ver una novillada cuando sólo tenía tres años de edad.

Acompañando a su hijo en el hospital, su padre, Eduardo Hinojosa, decidió informar en las redes sociales del problema de Adrián en busca de apoyo para intentar que se abundase en el tratamiento de la enfermedad y sus soluciones. Adrián, esperando para una de sus habituales sesiones de quimioterapia, e influenciado por su gran afición a los toros, le comentó que habría que organizar un festival para recaudar fondos para ayudar a otros niños que como él padecían esta enfermedad y lo que comenzó como un comentario intrascendente fue cogiendo forma y consistencia, hasta que este proyecto, todavía embrionario, llega a oídos del matador de toros Rafael Rubio «Rafaelillo», que enseguida –«desde el minuto uno», apunta el padre de Adrián– se vuelca en el mismo y se pone manos a la obra para sacarlo adelante. La empresa gestora de la plaza de Valencia, Simón Casas Production, y la Diputación de Valencia dan todo su apoyo a la idea y ésta comienza a rodar hasta verse culminada hace unos días.

Sin embargo, no todo fue coser y cantar y las cosas no llegaron dadas: «El coste de montaje de un festejo de este tipo es elevado y, sobre todo al principio, parecía que iba ser imposible que pudiese celebrarse, pero luego los toreros se volcaron y todos nos dieron su visto bueno y se comprometieron a torear sin coste alguno, al igual que hicieron las cuadrillas, los ganaderos. Todos. Algunos de los matadores que no pudieron estar presentes en este festejo donaron trastos para sortearlos, como José Tomás, Talavante, Juli, Perera, El Fandi, Morenito de Aranda, Alberto Gómez... Roca Rey, uno de los toreros favoritos de Adrián, regaló un traje de luces... El toreo ha vuelto a dar una gran lección de solidaridad», dice Eduardo.

Por tí Adrían... Héroe!! Gracias por una tarde inolvidable. #AdrianTeVasACurar pic.twitter.com/ylPySE7KAd

Desde que la idea de montar un festival para Adrián fue cuajando y tomando forma, la familia del pequeño dejó bien claro que no quería recibir ni un solo euro del mismo. Todo lo que se recaudara iría destinado a una entidad que ayudase a investigar y avanzar en el tratamiento de la enfermedad. Pero no fue esta una tarea para nada fácil. Ni tampoco agradable.

El padre de Adrián cuenta que se ofreció esta posibilidad a distintas entidades de Valencia y ninguna aceptó: «Se ofreció a Aspanion, Asociación de Padres de Niños Con Cáncer de Valencia, a la Asociación Contra el Cáncer, la asociación contra el cáncer infantil Esperanza y Sonrisa... pero ninguna aceptó. Nos dijeron que no querían verse relacionadas con el mundo taurino, que no querían problemas con los antitaurinos... Las asociaciones de Valencia me cerraron todas las puertas. Al final nos pusimos en contacto con la Fundación de Oncohematología Infantil de Madrid y allí no pusieron objeción». Ajeno a estas circunstancias la vida sigue para Adrián. Recordará toda su vida la tarde que dio la vuelta al ruedo a hombros de figuras del toreo. Y cuenta los días que quedan para poder entrar a la Escuela de Tauromaquia de Valencia.

Con sus terribles comentarios quisieron tener notoriedad en las redes sociales. Sin embargo, horas después de colgarlos, se escondieron y eliminaron su rastro en Twitter. Para Manuel Ollero Cordero fue más fácil, ya que se dedica al posicionamiento de páginas web. Por su parte, Aizpea Etxezarraga, natural de Eibar (Guipúzcoa), es osteópata y masajista. La Policía no puede actuar de oficio en el caso de los insultos vertidos en las redes sociales contra Adrián, por tratarse de un delito semipúblico que afecta a un menor y que, por tanto, requiere la denuncia previa de los padres, según explicaron a Europa Press fuentes de este Cuerpo.