NASA

«Deberían preocuparnos más las sequías que la DANA»

El científico Francisco Javier Tapiador, especialista en Ciencias Medioambientales y Meteorología y miembro del equipo científico GPM de la NASA, advierte que España necesita planes hidrológicos complejos y audaces, ya que podría haber un déficit importante de precipitación.

Francisco J. Tapiador, físico y escritor
Francisco J. Tapiador, físico y escritorLa Razón

Las torrenciales lluvias que asolaron zonas de Valencia y Albacete el pasado 29 de octubre debido a la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) han acaparado la atención de los científicos de todo el mundo. De hecho, la NASA ha realizado un primer análisis de estas lluvias catastróficas. En este estudio ha participado un español: Francisco Javier Tapiador, geógrafo y catedrático de física de la Tierra de la Universidad de Castilla-La Mancha. Tapiador es el único español que forma parte del equipo científico de la misión GPM (Global Precipitation Measurement Mission) de esta agencia espacial.

¿Qué motivó a la NASA a involucrarse en el análisis de este fenómeno meteorológico?

El fenómeno que ha asolado diferentes zonas de nuestro país es un caso muy particular e interesante desde el punto de vista científico. Por lo que, poco después de que ocurriera, me localizó el jefe del proyecto GPM de la NASA, una persona con la que colaboro desde hace más de 20 años, para que nos pusiéramos a trabajar en ello. Hicimos análisis con los datos del satélite comparándolos con los datos de AEMET. Comprobamos que las inundaciones se debieron a las intensas precipitaciones de un sistema de bajas presiones en niveles superiores que se estancó al sur de España que estuvo acompañado por un chorro de viento del este de bajo nivel sobre el mar Mediterráneo y el centro-este de España. Y vimos que se podrían hacer cosas interesantes, como cambiar la sensibilidad del radar del satélite. Porque tanta precipitación saturó la señal del satélite que mide las precipitaciones.

En España, pasamos de intensas sequías a torrenciales lluvias. ¿Qué está ocurriendo y qué impacto tienen estos extremos en el clima mediterráneo?

Lo que está ocurriendo es que el ciclo del agua se está acelerando. Vemos más evaporación porque la atmósfera está más caliente, el mar está más caliente, y eso produce aguaceros con precipitaciones que hacía mucho tiempo que no habíamos visto. Son cambios muy bruscos en los extremos meteorológicos. Nos estamos encontrando con sequías intensas combinadas con aguaceros, algo terrible para el clima mediterráneo, especialmente en España, porque puede haber meses o, incluso, años de sequía, y luego toda la precipitación de un año cae en un solo día. Esto es lo que ha sucedido en este episodio.

¿Cuál de los dos extremos le preocupa más: las sequías o los aguaceros?

A mí me preocupa mucho la sequía. Aunque parezca contradictorio con las inundaciones que estamos teniendo, me preocupa que, en algún momento, el sistema climático se bloquee -por así decirlo- con una especie de anticiclón permanente, y estemos muchos meses sin una gota de agua. Esto no quita que dentro de ese proceso pueda caer un aguacero como el que acaba de ocurrir, porque una gran sequía no es contradictoria con precipitaciones localizadas de gran intensidad. Por lo tanto, estamos hablando de que la mitad sur de España se puede convertir en una especie de desierto, en una zona árida como África. Es una posibilidad real. La mitad norte, protegida por la cordillera cantábrica, podría recibir precipitaciones regulares. Pero, de Madrid hacia el sur, es posible que enfrentemos problemas. Esto se viene advirtiendo hace mucho tiempo.

Son muchas las voces científicas que afirman que esta DANA ha vuelto a refrendar que el cambio climático es una realidad

Hay libros enteros con mediciones científicas que certifican con precisión que estamos ante un cambio climático. La comunidad científica ha presentado muchas pruebas objetivas y medibles de que el cambio climático existe, está aquí, y que la acción humana es importante en este proceso. Estas son pruebas incontestables y contundentes. La atmósfera está cambiando, y no estamos en el clima habitual en el que se ha desarrollado la civilización humana en los últimos 10.000 años. El tema es qué hacer: cómo atajar, mitigar y adaptarse al cambio climático. Y ahí entran las ciencias sociales y políticas. Porque el “qué hacer” es una cuestión política, con diferentes opciones, donde la ciencia no entra.

¿Qué orientaciones da la ciencia para mitigar los efectos del cambio climático?

Necesitamos planes hidrológicos complejos y audaces, ya que podría haber un déficit importante de precipitación. Hay que evaluar qué cultivos plantar y evitar regadíos en zonas sin agua para los próximos años. Hay que pensar en cómo repartir el agua y conservar la poca que tengamos. Esto es crucial. También son importantes políticas de ordenación forestal y territorial adaptadas al cambio climático. Pero el problema serio será el agua. Y esta problemática requerirá una coordinación central, aunque las competencias sean de las comunidades autónomas. Así, podría ser necesario devolver algunas competencias al Estado central para gestionarlas de manera integrada. Así lo sugiero en mi libro España: anatomía de un país extraordinario.

¿Considera que el cambio climático es un tema politizado?

Sí. Y hay un problema serio. En mi opinión, la izquierda ha acertado con el diagnóstico, pero yerra en la solución global que propone. La derecha se equivoca no aceptando el diagnóstico de los científicos, pero son realistas en cuanto al análisis de las soluciones. Es una tragedia conceptual, porque no les puedes dar la razón ni a los unos ni a los otros. La izquierda, a grandes rasgos, propone acabar con el capitalismo y la democracia liberal para solucionar el problema del cambio climático. Pero este sistema es el que nos ha proporcionado las mayores cotas de bienestar de toda la historia de la humanidad. Además, muchos utilizan la ecología y lo verde para avanzar en sus propuestas políticas, y eso genera resistencia a la evidencia científica. Los ‘sandías’ (verdes por fuera, pero rojos por dentro) no ayudan a combatir el cambio climático, aunque ellos crean que sí. De hecho, retrasan la adopción de soluciones viables.

¿En qué ha fallado el Gobierno actual en la reciente crisis?

El gobierno ha fallado en muchas cosas, especialmente, en la comunicación y en politizarlo todo desde el inicio. No se puede politizar un tema así desde el minuto uno. Hay que poner todos los medios disponibles. No puedes esperar a que te pidan ayuda. Eso ha sido un tremendo error.