Nochevieja «vintage»

Si no fuese porque teníamos las bocas distraídas con las uvas, la última noche del 2013 y la primera madrugada de 2014 hubiesen sido una invitación al bostezo. Especiales de humor y musicales, lo mejor del año que acaba, las Campanadas... y vuelta a ver –cual moviola festiva– a los mismos cantantes, con distinto vestuario y puesta en escena, botar de una cadena a otra sin solución de continuidad. Podría haber sido 2014 como 1994: sólo cambiaron los personajes que dan la cara para que se la partan si cometen algún fallo. Los formatos se mantienen con un ligero olor a naftalina. La única novedad es que nos subtitulan las uvas por cortesía de una tarjeta de crédito que ayuda a contar las campanadas. Se entiende que no es una noche de innovaciones, pero se agradecería algún detallito rompedor, que no pasase por atragantarse en directo con las uvas, como casi le sucedió a Frank Blanco en laSexta, el único sobresalto en una noche que no pasará a la historia televisiva.

LA 1

Los Morancos volvieron a TVE... ¿Era necesario? Su especial «La puerta del tiempo» recogió el mismo repertorio de la pareja desde hace veinte o treinta años, incluidas «Omaita» y Antonia. Sólo nos recordaba que aún estábamos en 2013 sus parodias de películas y las imitaciones de algunos de los programas del año como «La Voz» y «Pesadilla en la cocina». Dosis de humor un tanto añeja que se aderezó con los cameos de Sergio Ramos y Francisco Rivera, que demostró que tendrá muchas virtudes pero ninguna de ellas pasa por la simpatía.

En las campanadas, Anne Igartiburu compartió el mismo registro de voz que exhibe en «Corazón», la gala «Inocente, inocente»... Ni una exclamación de más ni una de menos. Para ella, lo mismo es felicitarnos 2014 que anunciarnos que Brad Pitt y Angelina Jolie se han separado. Cero emoción. Algunos lo llaman profesionalidad. Se metió en un jardín al intentar explicar a los espectadores cómo se medían el número de personas que estaban en la Puerta del Sol por baldosa cuadrada. ¿Pepe Rodríguez y Jordi Cruz? Después del paroxismo de Imanol Arias en 2012, lo único que se puede decir de los jueces de «Masterchef» es que les faltó un hervor. Estaban muy poco hechos para presentar un directo. Deshubicados, aunque con buena voluntad, apenas miraron a la cámara.

ANTENA 3

El correcalles de Carlos Sobera y Anna Simón en el especial «Adiós 2013, adiós» tuvo su gracia por la recompensa: celebrar el 25 aniversario de las primeras campanadas de la cadena de Atresmedia. Ahí estaba Mayra Gómez Kemp para alegría de los espectadores que superan los cuarenta años de edad y tienen buena memoria de muchos Fin de Año con una mirada más inocente y menos resabiada.

Paula Vázquez y Anna Simón se estrenaron como pareja en las Campanadas. Vázquez, que aprendió la lección del año pasado –en el que casi se queda sin traje con la aparición de la modista en directo incluida–, sorprendió, y no sé si para bien, con un vestido con chaqueta de plumas; Simón recurrió al rojo. Se complementaron bien, aunque Simón sigue poseída por un entusiasmo tan intenso que a veces es un poco cansino.

TELECINCO

Merecido homenaje a «Aída» que fue correspondido con creces por el «Luisma», el «Barajas», Chema y Soraya. Humor con los pies en la tierra: gamberro y de barrio aunque todo fuese una ficción. Paco León, Miren Ibarguren, Pepe Viyuela y Canco Rodríguez estaban en su salsa. Las transparencias de Ibarguren, le convirtieron en la mejor vestida del año, incluso hasta la más elegante... Y eso que venía de Esperanza Sur. Fue lo único fresco en la noche de Telecinco que volvió, ¿por qué?, a emitir un especial kilométrico de «La noche en Paz», con Paz Padilla y Joaquín Prat que sabe a mucho aunque durase sólo un minuto. Ni siquiera, por repetitivo, añadió un poco de picante la aparición de Kiko Rivera DJ. A él ya se le atrangantó la Nochevieja el día 30 cuando apareció la Guardia Civil en su casa para requisarle dos cachorros de leones... ¡Ay, esas manias de los nuevos ricos!

LASEXTA

Frank Blanco e Inés Sabaté (vestida de verde corporativo) afrontaron las campanadas apelando a todos los tópicos de esta velada tan típica. Lo mejor: el atrevimiento de Frank Blanco, que podría haber pasado a la historia como el primer presentador de las Campanadas que moría en director al ahogarse con el juguillo de las uvas... Una excesiva dosis de realismo que no vino nada mal.