Fertilidad
La clase social influye en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida
Una investigación demuestra que las mujeres que tienen un doctorado tienen tres veces más de probabilidades de lograr un nacimiento vivo que aquellas que estudiaron hasta primaria
Una nueva investigación, presentada hoy en Ámsterdam, demuestra que existen importantes disparidades sociales en la consecución de nacimientos vivos tras un tratamiento de tecnología de reproducción asistida (TRA).
Según este trabajo, las mujeres con formación en investigación (doctorado) tenían tres veces más probabilidades de lograr un nacimiento vivo en comparación con aquellas con educación primaria. A su vez, las mujeres del grupo de ingresos más altos tenían el doble de probabilidades que las del grupo de ingresos más bajos, informa Ep.
Así pues, esto concuerda con que las féminas desempleadas tuvieron la menor probabilidad de éxito, siendo un tercio menos probable de tener un nacido vivo después del tratamiento con TRA en comparación con las mujeres empleadas.
Estos hallazgos fueron consistentes en los diferentes grupos de edad examinados, así como también lo fueron de igual manera para las mujeres sin hijos que para las mujeres que tenían uno o más hijos antes del tratamiento. Esto indica que existe una asociación sólida entre la posición socioeconómica y el logro de un nacimiento vivo después del inicio del tratamiento con TRA.
El resumen del estudio, cuya autora principal es Rikke Bruun Uggerhoj, se publicará en 'Human Reproduction.
Rikke Bruun Uggerhoj comenta: "Si bien estudios anteriores han sugerido un vínculo entre un nivel socioeconómico más alto y mejores resultados de las técnicas de reproducción asistida, nuestra investigación profundiza más y brinda información clara basada en datos sobre la influencia específica de la educación, el empleo y los ingresos a la hora de determinar el éxito de los tratamientos de fertilidad".
El estudio nacional basado en registros analizó datos de 68.738 mujeres de entre 18 y 45 años que se sometieron a tratamiento con TAR en Dinamarca entre 1994 y 2017. El resultado primario investigado fue el nacimiento vivo después de iniciar el tratamiento.
La infertilidad está aumentando a nivel mundial, con una prevalencia estimada de por vida del 17,5%. A medida que este problema siga creciendo, se espera que aumente la demanda de tratamientos de fertilidad. La investigadora Ditte Vassard, coautora de la investigación, agrega: "En el contexto de este estudio, está claro que las limitaciones financieras por sí solas no siempre determinan los resultados; entran en juego múltiples factores socioeconómicos. Por ejemplo, las mujeres con niveles de educación más altos pueden tener trabajos que ofrecen flexibilidad o adaptaciones para las responsabilidades relacionadas con el tratamiento, lo que las ayuda a continuar el tratamiento con TAR después de intentos fallidos".
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