Medio Ambiente

Los anillos azules en los árboles descubren veranos fríos históricos

Una investigación publicada en la revista 'Frontiers in Plant Science' ha permitido identificar dos veranos excepcionalmente gélido

Anillo azul formado en 1902 en un árbol del norte de Noruega
Anillo azul formado en 1902 en un árbol del norte de Noruega Imagen de Pawel Matulewski/Liliana Siekacz

Los árboles pueden proporcionarnos información valiosa sobre las condiciones climáticas pasadas. Un fenómeno interesante relacionado con el crecimiento de los árboles es la formación de "anillos azules" en la madera, los cuales son indicativos de veranos fríos. Estos anillos aparecen cuando las paredes celulares de los nuevos brotes no se lignifican correctamente debido a la falta de días cálidos durante la temporada de crecimiento, lo que resulta en la aparición de estas marcas cuando se tiñen las muestras de madera.

Una investigación realizada por un equipo de científicos en el norte de Noruega y publicada este este miércoles en la revista 'Frontiers in Plant Science', ha permitido identificar dos veranos excepcionalmente fríos en 1902 y 1877, probablemente causados por las erupciones volcánicas del Monte Pelée en Martinica y el Cotopaxi en Ecuador, respectivamente. Los científicos utilizaron muestras de núcleos de 25 pinos silvestres y discos de la base de 54 arbustos de enebro común del monte Iskoras, una región alta de Noruega, para estudiar estos anillos azules.

Según Agata Buchwal, de la Universidad Adam Mickiewicz y autora principal del estudio, los anillos azules están asociados con condiciones frías durante el crecimiento, y se encontró que los arbustos de enebro, más adaptados a estos eventos de enfriamiento, presentan más anillos azules que los pinos. Buchwal comentó: "Los arbustos parecen ser los verdaderos héroes del norte".

En su análisis, los científicos encontraron que solo un pequeño porcentaje de los anillos de los pinos y arbustos eran azules, pero estos anillos fueron especialmente comunes en los años 1902 (96% de los pinos y 68% de los arbustos) y 1877 (84% de los pinos y 36% de los arbustos). Este fenómeno se detectó principalmente en los extremos de los anillos de crecimiento, en la madera tardía, donde las células no se habían lignificado adecuadamente debido a la falta de calor durante la temporada de crecimiento.

La comparación con los registros meteorológicos reveló que los años 1902 y 1877 estuvieron marcados por temperaturas de verano extremadamente bajas. En 1902, el mes de junio fue el más frío jamás registrado, lo que retrasó la temporada de crecimiento de los árboles. La falta de días cálidos suficientes para el desarrollo de la madera tardía generó las características células azules en la muestra.

Además, otros estudios sugieren que los anillos azules podrían estar relacionados con fenómenos climáticos globales, como el enfriamiento generado por grandes erupciones volcánicas. La erupción del Monte Pelée en 1902 podría haber contribuido al frío de junio de ese año, mientras que la erupción del Cotopaxi en 1877 coincidió con el enfriamiento observado en agosto.