Salud
Menopausia: síntomas, efectos y claves para aliviar sus molestias
El ciclo menstrual suele comenzar alrededor de los 12 años y continúan hasta la menopausia, que ocurre, normalmente, entre los 45 y los 55 años
Las hormonas sexuales femeninas son los estrógenos y la progesterona. Controlan los ciclos menstruales, se producen en el ovario y preparan el endometrio para recibir un posible embarazo. Además de aumentar el grosor del endometrio antes de que se produzca la ovulación, los estrógenos, que se producen durante todo el ciclo menstrual, tienen otros efectos sobre el cuerpo de la mujer: controlan la acumulación de grasa en las caderas y alrededor de las mamas, son responsables de la aparición del vello en la pubertad, estimulan la producción de flujo vaginal para evitar la sequedad, ayudan a fijar el calcio en los huesos y evitar la osteoporosis, influyen en el metabolismo de las grasas y del colesterol y así protegen las arterias de las placas de ateroma y, además, tienen efecto protector en los vasos sanguíneos, de manera que reducen el riesgo de infarto de miocardio y de accidente vascular cerebral.
La progesterona, por su parte, casi no se produce hasta después de la ovulación. Además de ejercer efecto sobre el útero, es la responsable de los cambios que tiene el cuerpo femenino durante las distintas fases del ciclo menstrual: sobre las mamas, aumentando su volumen y sensibilidad los días previos a la regla; sobre el riñón, haciendo que disminuya la eliminación de agua, aumentando la retención de líquidos y provocando la sensación de barriga y piernas hinchadas antes de la regla; y también tiene efecto sobre el cerebro, lo que provoca cambios de humor durante el ciclo menstrual.
El ciclo menstrual suele comenzar alrededor de los 12 años y continúan hasta la menopausia, que ocurre, normalmente, entre los 45 y los 55 años. La menopausia o climaterio es, por tanto, el cese permanente de la menstruación, cuando los ovarios dejan de segregar estrógenos y progesterona; un proceso natural por el que las mujeres pasan antes o después. “Con el paso del tiempo, los ovarios van disminuyendo la producción de estrógenos y progesterona, lo que repercute en la menstruación y en la fertilidad”, explica la doctora Solanye Navas Domínguez, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Murcia. Pero, además, también puede provocar el adelanto del climaterio una insuficiencia ovárica, una cirugía de ovario o de útero o algunos tratamientos oncológicos.
La principal señal de que ha empezado la menopausia son los cambios en la menstruación, aunque cada mujer puede percibirlos de diferentes maneras. “La menstruación no se corta de repente, sino que suelen producirse periodos irregulares. Por ejemplo, un caso muy habitual en mujeres premenopáusicas es que no tengan el periodo durante un mes o varios y, de repente, vuelva. También suele durar menos el periodo menstrual, pero de forma más seguida. La menopausia se diagnostica cuando ha pasado un año desde la última vez que se tuvo la menstruación”, aclara la doctora Navas.
Como consecuencia de la bajada de estrógenos y progesterona, el cuerpo de la mujer en este periodo puede cambiar notablemente: la aparición de sofocos con sensación de calor y sudoración intensa que suelen durar unos minutos, aunque a veces son más prolongados, la sequedad vaginal, el aumento de frecuencia en la micción, la pérdida de elasticidad de la piel, el pelo se vuelve más fino, los cambios en el tamaño y consistencia de las mamas, insomnio, cambios anímicos como episodios de ansiedad, depresión, irritabilidad o pérdida de memoria, aumento de peso y acumulación de grasa corporal, sobre todo en el abdomen, son consecuencias habituales de la llegada de la menopausia, así como una disminución de la líbido como consecuencia de las molestias que se producen en la relación sexual debido a la sequedad vaginal. “Las mujeres que han entrado en la menopausia tienen, además, más riesgo de sufrir un deterioro de los huesos, ya que pierden el efecto protector de los estrógenos y, por lo tanto, aumenta su descalcificación, lo que puede acabar generando osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos hasta llegar a producir fracturas”, añade la especialista en Ginecología y Obstetricia.
Para aliviar estos problemas durante la menopausia, es importante asegurar unadieta con suficientes alimentos ricos en calcio, como son los productos lácteos desnatados, yogur, leche o quesos, además de tomar frutas y verduras frescas y variadas, que aportan gran cantidad de minerales y de vitaminas, y consumir pescado azul y frutos secos, ricos en Omega-3, sin olvidar los cereales y las legumbres al menos dos días a la semana. Es recomendable no pasarse con la cafeína y con la fibra, porque pueden entorpecer la absorción de calcio, así como vigilar el consumo de sodio y de alimentos con demasiadas grasas saturadas, como los alimentos ultraprocesados o la bollería industrial. Realizar ejercicio físico a diario, como andar, correr, saltar o bailar, y mantenerse activa favorece la fijación del calcio en los huesos. Y algo muy importante: mantener siempre las revisiones periódicas al ginecólogo.